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Según expertos, el proyecto incluiría la extensión de la isla de Manhattan para combatir el cambio climático y proveer de vivienda a 250 mil personas.

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Recientemente, Jason Barr, el economista, autor estadounidense y profesor de la Universidad de Rutgers, ubicada en Nueva Jersey, Estados Unidos, propuso la extensión de la isla de Manhattan hasta el puerto de Nueva York, más allá de la Estatua de la Libertad.

La propuesta del proyecto, llamado New Mannahatta –haciendo referencia al nombre indígena de la isla en NY–, fue descrita en un artículo de opinión dirigido a Eric Adams, alcalde de la ciudad, y publicado en el New York Times.

En el artículo, Barr explica que, de llevarse a cabo, se podría generar resiliencia ante la creciente amenaza del aumento del nivel del mar. Serían mil 760 acres de nueva tierra delimitada por los ríos Hudson y East que proporcionarían espacio para la construcción de hasta 180 mil nuevas viviendas, que podrían ser hogar de hasta 247 mil personas.

Si bien el plan ha sido calificado como “drástico”, el profesor de la Universidad de Rutgers consideró que se necesitan iniciativas a gran escala que ayuden a resolver los problemas crecientes a los que se enfrenta la ciudad. “Se ha demostrado que el statu quo de los pequeños pasos no ha sido el adecuado para las tareas que tenemos entre manos”, apuntó.

 

La propuesta está basada en precedentes históricos anteriores, considerando que la isla de Manhattan ha sufrido ya varias ampliaciones desde el siglo XVII.

 

En entrevista con Dezeen, Barr recordó que, en 2012, la supertormenta Sandy, y el huracán Ida de 2021, demostraron lo devastadoras que suelen ser las marejadas e inundaciones; sin embargo “pocas medidas se han tomado al respecto. Y los precios de las viviendas continúan aumentando”.

Una solución al mercado de los bienes raíces en NY

Financieramente, el autor del artículo publicado en el New York Times, Mayor Adams, Build a Bigger Manhattan, calcula que la propuesta podría ser factible debido al alto costo de los bienes raíces en Nueva York. “Si analizas los números, hay una cierta lógica económica en ello”, menciona.

Él opina que la diferencia entre los costos de construcción de edificios y los valores de venta de viviendas, podrían utilizarse para financiar la creación del terreo artificial y la infraestructura asociada.

Recordó que la creación de nuevos terrenos a través del relleno es una “tradición centenaria”. Puso como ejemplo el Bajo Manhattan, al sur del Ayuntamiento, que se ha ampliado en casi un 50 por ciento, y destacó:

 

“Si el Bajo Manhattan es una de las propiedades inmobiliarias más valiosas e importantes del mundo, ¿por qué no producir más?”