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Aunque el sector debería mantenerse con buenas tendencias estructurales, el escenario de inflación será prolongado, lo que influye en la confianza de los inversionistas.

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En el sector de la vivienda, la confianza de los inversionistas parece haberse debilitado por la escalada de la inflación y una política monetaria más estricta, por lo que no es de extrañar que se cuestionen sobre la solidez del sector inmobiliario.

Especialistas de Loomis Sayles Research se dieron a la tarea de responder a su inquietud y señalaron que el sector debería mantenerse estable con buenas tendencias estructurales, pero se ve un entorno potencialmente malo si se buscan ofertas inmobiliarias, mientras que el escenario de inflación de precios al consumidor será sorprendentemente prolongado. A continuación su visión del sector.

 

Tendencias estructurales estables

Las ventas de viviendas posiblemente se verán contraídas por la alta inflación de los precios y las tasas de interés más altas, y, por ende, serán un obstáculo para el crecimiento del PIB. Sin embargo, hay que considerar las tendencias estructurales del sector inmobiliario a largo plazo que han conformado al sector a la fecha.

 

Dichas tendencias incluyen cambios demográficos y una inversión insuficiente en la vivienda desde la crisis financiera global. “Creemos que ambos deberían respaldar los fundamentales del sector y limitar su caída”.

 

No se ve una depreciación del precio de la vivienda

El aumento en el nivel absoluto de las tasas hipotecarias debería reducir drásticamente la tasa de apreciación del precio de la vivienda, pero se estima que el bajo nivel de oferta reduce las probabilidades de una gran depreciación de los precios.

La depreciación del precio de la vivienda ha sido rara año con año, históricamente hablando. Y cuando ocurrió, fue durante una recesión; pero fuera de eso, se ha visto que la inflación del precio de la vivienda se modera, pero no se vuelve negativa.

“Dados los fundamentales del mercado de la vivienda que acabamos de analizar, no creemos que la depreciación anual de los precios sea una probabilidad en los próximos 12 meses”, resaltaron los analistas en un comunicado.

 

 

Los REA pueden tener un problema complicado

Algo que prevén en el sector inmobiliario es otro ingrediente para una inflación "prolongada", un factor con el que la FED podría tener que lidiar en el 2024, se trata de la relación desfasada entre la inflación del precio de la vivienda y la inflación del costo de la vivienda en el IPC.

Tanto para propietarios como para inquilinos, la vivienda es el mayor gasto para el hogar tradicional, por lo que tiene un peso significativo en los índices de inflación al consumidor (por ejemplo, IPC general y básico, PCE general y básico).

 

Un componente del IPC, cuya ponderación es del 30%, es la relación que hay entre la apreciación del precio de la vivienda con el alquiler equivalente del propietario (OER, por sus siglas en inglés).

 

Ahora bien, la inflación del precio de la vivienda tiene un efecto desfasado en el OER y, por lo tanto, su efecto es rezagado en el IPC porque los contratos de alquiler generalmente se firman por un año y reaccionan lentamente en comparación con el mercado inmobiliario en tiempo real. Por lo tanto, cualquier apreciación significativa en los precios de la vivienda implica una alta inflación OER en el futuro inmediato.

 

Podría sorprender una inflación prolongada

Hay que tomar en cuenta que es probable que el aumento significativo en los precios de la vivienda que se ha visto hasta ahora, presione al alza a la inflación a través de OER durante los próximos 12 meses. Más allá de eso, no se vislumbra un catalizador que reduzca sustancialmente la presión sobre los REA.

“Creemos que la moderación en la asequibilidad de los precios de la vivienda será de largo plazo, y cualquier presión a la baja significativa sobre los precios de la vivienda solo se manifestaría en una recesión más amplia”, mencionaron.

Algunos inversionistas pueden sorprenderse de que la FED tendrá que lidiar con una inflación alta por un año o más, si la apreciación del precio de la vivienda se mantiene por encima de su promedio histórico (4.4%).