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Se debe, en gran medida, a presiones inflacionistas, aumento de los costos de construcción y pocos préstamos de desarrollo disponibles.

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Ante el aumento de los costos, los inversionistas hoteleros están optando por realizar renovaciones en los complejos en lugar de emprender nuevas construcciones, como una alternativa para impulsar el valor de los activos, a medida que crece el turismo, reveló JLL, una empresa global de servicios inmobiliarios comerciales.

 

“Los inversionistas en hoteles se están alejando de los nuevos desarrollos a la luz de los costosos préstamos para la construcción y el aumento vertiginoso de los precios de los materiales y la mano de obra”, indicó la encuesta reciente de JLL.

 

Se advirtió que los empresarios hoteleros están comprando complejos con la intención de mejorarlos, toda vez que el 80% de los inversionistas encuestados afirmaron que están buscando oportunidades de inversión de valor añadido en el sector.

"Muchos inversionistas ahora prefieren comprar activos ya existentes que necesitan renovación, reposicionamiento o cambio de marca, ya que las perspectivas de rentabilidad suelen ser mucho más atractivas", afirmó el director general de Asesoramiento y Gestión de Activos de JLL Hotels & Hospitality Group, Xander Nijnens.

Añadió que las estrategias se deben en gran medida a las presiones inflacionistas, con el aumento de los costos de construcción y con pocos préstamos de desarrollo disponibles. 

Lo anterior, toda vez que los costos de desarrollo han aumentado entre un 10% y un 30%, según los inversionistas encuestados por JLL, mientras que los préstamos para nuevas construcciones se han vuelto más difíciles.

 

 

Un ejemplo es que, en febrero pasado, el gestor australiano de fondos hoteleros Pro-Invest adquirió el Primus Hotel Sydney y lo reabrió como el hotel boutique de lujo Kimpton Sydney tras una reforma, ofreciendo experiencias culinarias innovadoras y una nueva programación de estilo de vida.

"Estas operaciones son mucho más fáciles de financiar y se comercializan con mayor rapidez, en comparación con la construcción de un nuevo desarrollo desde cero, que puede llevar entre 24 y 36 meses", afirmó Nijnens.

Añadió que las mejoras o remodelación de los hoteles deben tener en cuenta la evolución de las tendencias de los huéspedes, como la duración media de la estancia, el tipo de clientela o la difuminación de las líneas entre los viajes de negocios y de placer, y cómo repercutirá en el diseño general del hotel.