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Con estas recomendaciones evitarás problemas con tu arrendador y podrás disfrutar de tu hogar en compañía de tu fiel amigo.

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En los últimos años, las personas que tienen mascotas ha aumentado drásticamente, y más familias comparten sus hogares con varios compañeros peludos. Sin embargo, cuando se trata de alquilar con mascotas, hay algunos pros y contras definidos a tener en cuenta.

Así que toma nota de lo siguiente si estás pensando en alquilar una vivienda junto con tus mascotas que te comparte Point2.

 

-No ocultes a tu mascota de tu arrendador. Introducir mascotas a escondidas en un alquiler nunca es una buena idea. Si tu contrato tiene una cláusula estricta de no mascotas, incluso algo tan aparentemente inofensivo como un hámster puede considerarse un incumplimiento de contrato. Una buena relación con tu arrendador es muy útil, por lo que es esencial comenzar con el pie derecho. Y, quién sabe, si necesitas mudarte, es posible que incluso acepten escribir una carta de recomendación para tu mascota.

-Prepara los documentos de tu mascota. Aunque tu arrendador no lo solicite, es una buena idea tener la documentación de tu mascota lista antes de firmar el contrato de alquiler. En algunos estados requieren una licencia para mascotas, lo que permite que los refugios y los oficiales de control de animales identifiquen a la mascota si se pierde o la roban. Una licencia también probará que tu gato o perro está al día con sus vacunas contra la rabia y el moquillo, si ha sido esterilizado o castrado, y si la mascota tiene un microchip.

-Cuida a tus vecinos. Esto se aplica tanto a los vecinos como a los posibles compañeros de cuarto. A nadie le gusta un perro que ladra a horas inadecuadas de día o de noche, y si te acabas de mudar, esto podría causar problemas más adelante.

 

Si los vecinos se quejan del ruido o daños relacionados con tus mascotas, el propietario puede presenta un aviso de desalojo. Para evitarlo, habla con tus vecinos y aborda cualquier inquietud tan pronto como surja.

 

-No dejes a tu mascota sola por periodos prolongados. A menos que estés trabajando desde casa, es muy probable que tu mascota pase muchas horas sola cada día. Y, lamentablemente, una mascota solitaria es una mascota estresada y, como resultado, causaría daños a la propiedad. Lo ideal es que, una vez que te mudes a un nuevo alquiler, trates de pasar unos días con ella hasta que se familiarice con su nuevo hogar. Además, trata de establecer una rutina diaria, para que  sepa que es normal que estés fuera por unas horas. Sal a dar largos paseos, pasa mucho tiempo jugando con ella y asegúrate de que tenga mucha comida y agua mientras sales.

 

 

-Pon límites. Limitar el acceso de tu mascota a algunas habitaciones reduce el daño a los pisos, las paredes y los muebles. Quitar las alfombras mantiene alejada la acumulación del pelo de las mascotas. También puedes colocar artículos y electrodomésticos delicados en gabinetes cerrados, donde las mascotas no puedan romperlos accidentalmente. Del mismo modo, los juguetes son una excelente manera de distraerlas mascotas para que no muerdan o arañen los muebles de tu alquiler.

-Limpieza ante todo. No todos los daños relacionados con mascotas son el resultado de masticar o rascar. A veces, puede ser el resultado de atrasarse en ordenar los desechos de la mascota. Por ejemplo, las manchas de orina o los olores pueden ser difíciles de eliminar si no se limpian durante mucho tiempo. Además, el pelo de las mascotas puede convertirse en una auténtica pesadilla una vez que comienza a acumularse en las alfombras y la tapicería.

 

Pero si te mantienes al tanto de la limpieza regular de los desechos de tu mascota, reducirás drásticamente el riesgo de posibles daños.