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Aunque el hogar parece ser el lugar más seguro, existen fallas silenciosas que pueden convertirse en riesgos graves si se ignoran. Desde instalaciones eléctricas defectuosas hasta filtraciones o tuberías envejecidas, estos problemas pueden pasar desapercibidos, pero tienen consecuencias costosas.

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La tranquilidad del hogar puede esconder más peligros de los que imaginamos. Más allá de los desastres naturales o los robos, existen fallas comunes —y muchas veces inadvertidas— que pueden comprometer tanto la seguridad de las personas como la integridad del patrimonio familiar.

Expertos en gestión de riesgos alertan sobre un fenómeno poco visible: Las llamadas amenazas silenciosas en las viviendas, especialmente en las zonas urbanas. Fallas eléctricas, instalaciones descuidadas o filtraciones prolongadas figuran entre los incidentes más frecuentes, pero también los más ignorados hasta que es demasiado tarde.

 

Según datos de Zurich México, más del 40% de los incendios urbanos en el país tienen su origen en fallas eléctricas, y en más del 70% de los casos ni siquiera se identifica el motivo exacto del siniestro.

 

Y a esto se suma otro problema creciente: Las inundaciones urbanas provocadas por lluvias intensas, que colapsan los drenajes en zonas densamente pobladas. Ambas situaciones pueden originarse o agravarse por omisiones dentro del hogar.

Las cinco alertas que no deberías ignorar

Aunque a simple vista todo parece estar en orden, existen señales de advertencia que podrían pasar desapercibidas. Aquí te presentamos cinco de las más comunes que enlista la aseguradora:

  1. Calentadores viejos sin mantenimiento

   Si tu calentador de agua tiene más de cinco años sin servicio técnico, podrías estar acumulando un riesgo. La acumulación de sarro o fallas en la válvula de presión pueden provocar sobrecalentamientos o incluso explosiones. Peor aún: Una combustión deficiente puede liberar monóxido de carbono, un gas letal que no tiene olor ni color.

 

 

  1. Tuberías envejecidas

   En casas con más de dos décadas, las tuberías corroídas pueden convertirse en una bomba de tiempo. Una fuga interna puede avanzar sin hacer ruido, pero terminar dañando muros o estructuras. Lo más preocupante es que muchas veces el daño solo se nota cuando ya hay humedad visible o un colapso mayor.

  1. Contactos que se calientan sin motivo aparente

   Un enchufe caliente, aunque no tenga muchos aparatos conectados, podría estar avisando sobre una instalación eléctrica defectuosa. En México, se estima que más del 80% de las viviendas no tienen sistemas eléctricos completamente seguros, especialmente en construcciones antiguas o mal modificadas.

  1. Ventanas mal selladas o sin anclajes de seguridad

   No solo son una invitación a los ladrones, también representan una vulnerabilidad ante lluvias fuertes. Las filtraciones pueden parecer inofensivas al principio, pero con el tiempo deterioran muros, promueven moho y comprometen la salud de quienes viven ahí.

  1. Electrodomésticos con cables improvisados

   Cambiar el cableado original de una lavadora o un refrigerador sin respetar las especificaciones técnicas puede derivar en fugas eléctricas, cortos o incluso incendios. Los cables expuestos o los enchufes mal conectados son señales claras de que se necesita intervención profesional.

Prevenir cuesta menos que reparar

 

En un contexto donde millones de viviendas están envejeciendo y muchas no cuentan con revisiones periódicas, tomar acciones preventivas puede marcar la diferencia. Realizar inspecciones regulares, atender señales de desgaste y contratar un seguro de hogar son medidas clave para proteger no solo las pertenencias, sino la vida de quienes habitan el inmueble.

 

“La mayoría de estos riesgos se pueden evitar con simples mantenimientos y asesoría profesional. La prevención es siempre menos costosa que enfrentar una pérdida”, señala Zurich México.

Un hogar debe ser sinónimo de seguridad y no una fuente oculta de peligros. Estar atentos a lo cotidiano puede ser la mejor forma de blindarlo frente a lo inesperado.