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Barcelona impulsa seis proyectos piloto de innovación urbana para adaptar la ciudad a una población que envejece, combinando tecnología, diseño inclusivo y soluciones sociales para mejorar la calidad de vida y combatir la soledad.

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Barcelona ha decidido adelantarse a uno de los grandes desafíos urbanos del siglo XXI: el envejecimiento de su población.

Con la puesta en marcha de los seis proyectos piloto ganadores del programa Ciudad Proactiva, impulsado por la Fundación BIT Habitat, la capital catalana convierte la innovación urbana en una herramienta estratégica para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y repensar la ciudad desde una perspectiva más inclusiva, solidaria y humana.

 

La iniciativa forma parte de la sexta edición del reto anual de innovación pública, dotado con 400,000 euros, y enfoca sus esfuerzos en desarrollar soluciones tecnológicas y sociales capaces de responder a los cambios demográficos que ya están transformando el tejido urbano. No es un dato menor: en 2040, una de cada cuatro personas en Barcelona tendrá más de 65 años, en una ciudad donde la esperanza de vida alcanza los 84 años y más del 21% de la población pertenece ya a este grupo etario.

 

Los proyectos seleccionados abordan el reto desde múltiples frentes. Van desde un asistente virtual especializado en Alzheimer, hasta un urinario inteligente con sensores capaz de detectar infecciones urinarias de forma temprana. Se suma una red de laboratorios vivos para adaptar el espacio público a todas las edades, un programa intergeneracional para compartir vivienda, una plataforma que impulsa el talento de los mayores de 55 años y comunidades inmersivas enfocadas en mejorar el bienestar emocional y combatir la soledad.

Todos ellos comparten un mismo objetivo: construir barrios más amigables con las personas, donde la vivienda, el espacio público y los servicios se adapten a las necesidades reales de una población que envejece de manera activa. Los proyectos tendrán una duración de 12 meses, en los que se desarrollará e implementará cada solución como piloto en entornos urbanos reales.

Posteriormente, se destinarán seis meses adicionales a evaluar resultados e impacto.

 

El reto está desarrollado conjuntamente por Barcelona Activa y el Instituto Municipal de Servicios Sociales, y ofrece un financiamiento de entre 30,000 y 100,000 euros por proyecto, cubriendo hasta el 80% del costo total. Esta estrategia se alinea con la medida de gobierno “Barcelona hacia el derecho a la atención” (2025-2030), que cuenta con un presupuesto de 140.5 millones de euros para reforzar el sistema de cuidados en la ciudad.

 

Finalmente, en un contexto donde casi el 30% de las personas mayores viven solas, aumentando el riesgo de aislamiento y vulnerabilidad, Barcelona apuesta por una innovación que no solo es tecnológica, sino profundamente urbana y social. Una visión que redefine el real estate, el diseño de ciudad y la convivencia intergeneracional como pilares del bienestar futuro.