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El destino más afectado ha sido Cancún, que perdió 32 rutas internacionales a partir del estallido de la pandemia desde marzo pasado.

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Al menos 136 rutas aéreas en México han quedado desatendidas por la pandemia del COVID-19, con lo que el país perdió una quinta parte de las conexiones. De estas, casi un 80% son con el extranjero, y ante las restricciones aéreas que algunos países están implementando, podrían reducirse aún más.

El destino más afectado ha sido Cancún, que perdió 32 rutas internacionales a partir del estallido de la pandemia desde marzo; quedó desconectada de destinos emisores clave como Vancouver y Winnipeg, en Canadá, o Kansas y Columbus, en Estados Unidos. Se suma Madrid, Medellín, Chile e incluso Moscú.

Otros destinos de playa mexicanos como Puerto Vallarta, Los Cabos, Mazatlán, Huatulco e Ixtapa Zihuatanejo también han atravesado por una fuerte pérdida de rutas con Estados Unidos y Canadá; las líneas aéreas dejaron de operar 108 rutas internacionales con México.

Aunque se esperaba la reactivación de algunos vuelos de cara a la temporada de invierno, que incluso llevó a Cancún a reiniciar vuelos con Quebec, los altos niveles de contagios y las nuevas medidas desde el extranjero perjudicaron la reapertura de vuelos, consideran  analistas consultados por Expansión.

“A pesar de que es temporada alta, entre enero y febrero, cuando los estadounidenses y canadienses prefieren visitar las playas huyendo del frío, las conexiones se han reducido también por las recomendaciones de los gobiernos tanto de Canadá como de Estados Unidos, e incluso de Cuba y países de la región europea”.

En comparación con las conexiones internacionales, el impacto en las rutas domésticas fue menor. Con 28 rutas menos, el segmento nacional ha visto reducidas sus operaciones desde algunas ciudades en el norte del país, como Chihuahua, Hermosillo y Ciudad Juárez, además de destinos turísticos como Acapulco y Mérida.

Más allá de la pérdida de conectividad, la desaparición de rutas puede traer otros efectos como el encarecimiento de vuelos y un eventual impacto en la economía de cada destino, un riesgo que aumenta con el cese de operaciones de Interjet y la crisis financiera que atraviesa Aeroméxico.

“Se pierde conectividad y los vuelos se concentran en algunos aeropuertos como el de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, dejando incomunicando al resto del país”, señalan los especialistas de la industria aérea.

La reducción de rutas era algo que la industria ya esperaba: La Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) advirtió en junio de 2020 que las aerolíneas analizaban su permanencia en 137 rutas por una baja rentabilidad, que fue el número de rutas que cerraron el año suspendidas.

Luis Osorio, director general de la Canaero, dijo en aquel momento que “hemos expuesto este tema con la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), con algunos gobernadores. Lo que estamos tratando es de dirigirnos a evitar la pérdida de la conectividad mínima para el país”.