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La mayor apuesta del Gobierno federal en materia de infraestructura se ha concentrado en el sector energético, donde hay muchos retos de corto, mediano y largo plazo.

Los precios internacionales del petróleo, la volatilidad global y la depreciación del tipo de cambio han sido los grandes enemigos del Programa Nacional de Infra-estructura (PNI) 2014-2018.

El desarrollo infraestructural en México experimenta una gran transformación ya que el esfuerzo que realiza el Gobierno federal es insuficiente para satisfacer las necesidades del país, por lo que se requiere de una creciente participación de la iniciativa privada.

Inversionistas y empresarios se hacen hoy en día una pregunta por la creciente incertidumbre financiera global derivada del fenómeno conocido como Brexit:
¿Estamos en el umbral de una nueva crisis financiera, como en 2008?

La vulnerabilidad de la economía a factores externos seguirá presente en la segunda mitad de 2016 y su moderado ritmo de crecimiento persistirá anclado a la relativa fortaleza de su mercado interno.