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Según un estudio, los riesgos políticos y la violencia vuelvan a figurar en el top 10 por primera vez en tres años, mientras que se prevé que continúen las perturbaciones en los servicios de las Tecnologías de la Información (TI).

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Las principales amenazas e impactos para las organizaciones serán el uso de la norma ISO 22301 y el costo de las interrupciones laborales en las organizaciones. Durante 2021, el impacto que COVID-19 ha tenido en las empresas en los últimos 12 meses ha sido determinante.

Las organizaciones registran un aumento en los riesgos y amenazas en 2021, gran parte debido a la pandemia de COVID-19, según el informe BCI Horizon Scan 2021 de la firma BSI.

Las enfermedades no laborales encabezan la lista de riesgos empresariales, lo que contrasta con el informe de 2020, en el que las enfermedades no laborales ocupaban los últimos puestos de la lista de preocupaciones.

Según el análisis,  los incidentes relacionados con la salud son la segunda fuente más común de perturbación en los últimos 12 meses, siendo los problemas de salud mental la principal dolencia experimentada por los empleados.

La crisis abrió además un espacio para que los hackers exploten las vulnerabilidades de seguridad creadas al pasar a trabajar desde casa. Esto, unido a las interrupciones imprevistas de la red, hizo que los ciberataques y las interrupciones de las TI/telecomunicaciones ocuparan el cuarto y quinto lugar en la lista de riesgos.

Actualmente, según el estudio, los riesgos políticos y la violencia vuelvan a figurar entre los 10 primeros por primera vez en tres años, mientras que se prevé que continúen las perturbaciones en los servicios de las Tecnologías de la Información (TI) y las telecomunicaciones, sobre todo a medida que se introduzcan nuevas tecnologías en el mercado para ayudar a la sociedad a recuperarse tras la pandemia.

A pesar del cambiante panorama de los riesgos, el riesgo climático sigue ocupando un lugar destacado en la agenda de las empresas. A mediano y largo plazo, las organizaciones identificaron los riesgos climáticos como la mayor preocupación, ya que se espera un mayor número de incidentes de clima extremo y un mayor número de gobiernos que establecen objetivos medioambientales, como el objetivo británico de cero emisiones en 2050.

Sin embargo, las perspectivas son más optimistas. El aumento de estos riesgos, junto con la incertidumbre actual, ha llevado a las organizaciones a mejorar su análisis de tendencias de los riesgos, con un máximo histórico del 81% que ahora realiza análisis de tendencias a largo plazo.

Los encuestados indicaron que la pandemia ha sido el catalizador para acelerar la introducción de un programa de análisis más estructurado y centralizado, siendo los directivos quienes han impulsado en gran medida el cambio. Con esto, viene una expectativa positiva para que la continuidad del negocio siga recibiendo buenas inversiones en el año que viene.

 “El Covid-19 durante 2020 tomó por sorpresa a la mayoría de las organizaciones. Fueran las organizaciones que adoptaron técnicas ejemplares de exploración del horizonte junto con estrategias de resiliencia ágil y adaptable las que pudieron sobrellevar la tormenta con mayor eficacia. Resulta alentador que muchas organizaciones ya hayan aprendido de los errores cometidos y hayan adoptado una visión más intensiva y colaborativa de la planificación de riesgos en 2021”, destacó Rachael Elliott, Directora de Liderazgo de Pensamiento del BCI.