Las fiestas decembrinas llegan cargadas de luces, reuniones y buenos deseos, pero también pueden convertirse en una temporada de gastos que se salen de control. Para muchas familias, enero se vuelve sinónimo de deudas, compras impulsivas y remordimiento financiero. Para evitarlo, especialistas como Juan Luis Ordaz, director de Estudios Económicos de Banamex, recomiendan anticiparse y poner en orden el presupuesto antes de que inicien las celebraciones.
Ordaz señala que la clave está en dar prioridad a lo esencial. Celebrar no significa comprar más, sino valorar el tiempo en familia y los momentos compartidos. Actividades sencillas como una cena casera, una caminata, juegos en casa o una película juntos pueden tener un impacto emocional mayor que un regalo caro.
Otro punto fundamental es definir un presupuesto realista. Establecer cuánto se puede gastar en reuniones, regalos y cenas evita que las compras se salgan de control. Hacer una lista, asignar un monto para cada persona o actividad y, si es posible, separar el dinero con anticipación —incluso en efectivo— ayuda a mantener la disciplina y evitar sorpresas desagradables.
Además, optar por regalos creativos o hechos a mano puede ser una opción significativa y accesible. Una carta, un detalle personalizado, una receta preparada en casa o una experiencia compartida pueden generar un recuerdo más valioso que cualquier artículo costoso.
El mensaje es claro: la Navidad no debe ser motivo de estrés financiero. Con planeación, conciencia y creatividad, es posible disfrutar las celebraciones, expresar cariño a las personas importantes y mantener la estabilidad económica. La temporada decembrina puede ser un momento de unión y alegría sin que la cartera sufra las consecuencias.