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La economía fronteriza se ha visto afectada a pesar de que la amenaza de cerrar el cruce, del presidente Donald Trump, fue descartada.

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Un análisis de Dennis E. Nixon, CEO del International Bank of Commerce en Laredo y Presidente de la Junta de International Bancshares Corporation de los Estados Unidos, afirmó que con el reciente aumento de personas que cruzan la frontera en busca de asilo, la administración de la frontera ha reasignado a 750 oficiales de varios puertos de entrada. Esta acción ha afectado, de manera masiva, la capacidad de las personas y el comercio de poder cruzar legalmente la frontera. Los tiempos de cruce han aumentado de 200 a 300% en cada puerto afectado. Tan sólo en Laredo, el tiempo de espera por camiones ha crecido hasta casi 12 horas.

Asimismo, indicó que sus puertos de entrada ya se encontraban bajo estrés debido a la incapacidad del gobierno federal de invertir en una infraestructura básica que ayudara a administrar de manera efectiva el volumen creciente de comercio y tránsito legal. Este nuevo cambio y reasignación de oficiales en la frontera, ha llevado a los puertos a su punto de quiebre.

Resaltó como ejemplo, que el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza normalmente procesa 8 mil camiones en dirección norte diariamente en el Puente World Trade en Laredo. Según un informe reciente de CBP, actualmente están procesando sólo 5 mil con 3 mil remolques esperando su turno en el lado mexicano. Esta es una situación especialmente peligrosa a medida que nos acercamos a Semana Santa, una de las épocas más ocupadas del año para viajar desde México a los Estados Unidos-durante este tiempo, muchos turistas de México están preparados para gastar cientos de dólares en mercancía estadounidense.

El especialista señala que la incapacidad de moverse rápida y eficientemente a través de nuestros puertos legales de entrada, ya le ha costado a la economía de los Estados Unidos billones de dólares. Agregó que “la economía de Estados Unidos no puede crecer si impedimos el comercio entre las fronteras y restringimos el flujo de inmigración legal del capital humano que nuestra nación necesita”.

Continuar con esta parálisis en los puertos de entrada con México -el tercer socio comercial más grande de Estados Unidos- interrumpiría las cadenas de suministro, y provocaría aumentos de precios al igual que despidos inmediatos y causaría un efecto imperceptible en la inmigración ilegal.

Afirmó que “en Laredo, preferimos ver soluciones de seguridad con sentido común que impiden la inmigración ilegal y el contrabando, sin un impacto tan perjudicial a nuestra economía. Sí, necesitamos una mejor seguridad en la frontera de EE. UU Y México. La necesitamos en nuestros puertos legales de entrada, donde ocurre el contrabando de drogas y el contrabando de personas”.

Finalizó diciendo que “queremos que el presidente Trump mantenga a las personas equivocadas fuera de Texas y del resto del país. Pero también queremos mantener nuestra frontera abierta al comercio y los inmigrantes legales que siempre han contribuido a hacer de Texas y los Estados Unidos un lugar cada vez más próspero”.