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La paridad del peso frente al dólar brincó hasta niveles de 21.5 pesos por dólar; este lunes ya alcanzó nuevos máximos históricos.

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Los riesgos geopolíticos se ha incrementado considerablemente, y toda vez que a los efectos que tendrá sobre la economía global el coronavirus, se ha sumada una guerra de precios del petróleo e incluso una serie de misiles que Norcorea lanzó este domingo por la tarde en horario de México. Como consecuencia, el domingo por la tarde-noche la paridad del peso frente al dólar brincó hasta niveles de 21.5 pesos por dólar, pero al inició de este lunes ya alcanzó nuevos máximos históricos.

Banco Base reportó que “el tipo de cambio alcanzó un nuevo máximo en registro de 22.1369 pesos por dólar durante el overnight, mostrando hasta ese punto una depreciación de 10.07% o 98.1 centavos con respecto al cierre del viernes, depreciación diaria no vista desde octubre del 2008. Al inicio de la sesión, el peso se deprecia 5.20% o 1.04 pesos, cotizando en 21.16 pesos por dólar”.

Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de la institución financiera, considera que una vez superado su máximo histórico, no hay ninguna referencia fundamental o técnica para prever hasta dónde pudiera llegar. Asimismo, agregó que el tipo de cambio ha sido la válvula de escape de la economía, pero que de continuar con la tendencia alcista impactará a la economía real, iniciando por la inflación. No descarta que la paridad pudiera llegar a 25 pesos por unidad, pero reiteró que es un escenario completamente desconocido.

Por lo que respecta al petróleo, indicó que precisamente “la depreciación del peso mexicano ocurre a la par de caídas severas de otras divisas de economías emergentes, luego de que el grupo de la OPEP y países aliados, conocido como OPEP+, no logró llegar a un acuerdo para recortar la producción petrolera global. Esto ocurre en un contexto en el que la demanda por crudo está cayendo, por las medidas de contención del coronavirus. La aparente desintegración de la OPEP+ da inicio a una guerra de precios, en donde jugadores como Rusia buscan llevar el precio del petróleo a niveles insostenibles para los productores de shale en Estados Unidos, en un intento por restarles rentabilidad y ganar participación de mercado”.

Como consecuencia de lo anterior, el precio del WTI tuvo una caída máxima de 33.76% a 27.34 dólares por barril, mientras que el Brent perdió hasta 31.47% al tocar un mínimo de 31.02 dólares por barril, siendo el mayor retroceso diario desde el 17 de enero de 1991, cuando se desarrollaba la guerra del Golfo Pérsico.

“Los menores precios del petróleo también representan una amenaza para las finanzas públicas de algunos países. Pará México, que ya no es un país exportador neto de petróleo, implica una mayor probabilidad de un recorte en la calificación crediticia de Pemex, la cual ya se encuentra en grado especulativo por parte de Fitch Ratings. Asimismo, esto incrementa la probabilidad de un recorte en la calificación crediticia de la deuda soberana”. Es temprano para definir que esto es el inicio de una nueva crisis financiera y económica internacional, pero los riesgos van en aumento.