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La bancarrota de Evergrande llega en un momento en que el Real Estate chino está en problemas, por lo que crece el temor de que se extienda a otros sectores de la economía china.

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Una de las principales debilidades de China es la crisis inmobiliaria por la que atraviesa el gigante asiático, que se da en un momento especialmente complicado para el gobierno, el cual no está consiguiendo impulsar el crecimiento económico como se esperaba.

De ahí que los principales bancos de inversión de Wall Street han estado recortando sus estimaciones de crecimiento para el país asiático en el último tiempo.

Luego de que Wall Street sacudiera el panel chino tras las noticias de la bancarrota del gigante inmobiliario Evergrande (cuyos problemas vienen de dos años atrás), se esparcen los temores sobre otros sectores chinos mientras Pekín toma más medidas.

También la noticia impactó a Wall Street, donde las acciones de algunas firmas chinas como Alibaba, JD.com, Nio o PDD registraron pérdidas, al tiempo que aumentan las preocupaciones sobre la economía del país asiático.

 

 

Y no es para menos, ya que además de Evergrande, el mega desarrollador inmobiliario Country Garden también dio a conocer que tiene dificultades financieras y pérdidas millonarias (no pagó el cupón de dos bonos), que se unen a los problemas de liquidez de algunas gestoras de activos, como Zhongzhi Enterprise Group, que bloqueó las devoluciones de capital la semana pasada.

Después de que Pekín anunció, en agosto de 2020, restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que, como Evergrande, habían acumulado un alto nivel de deuda apoyando durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento, la posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró.

Aquí la cuestión es que la economía china acumula varios meses de indicadores por debajo de lo esperado, por lo que diversos analistas comenzaron a recortar sus estimaciones de crecimiento cuando todos esperaban que el gigante asiático fuera el principal impulsor del PIB global luego de varios años de restricciones por la pandemia.

 

Sin embargo, el sentimiento cambió y la quiebra de Evergrande no hace más que empeorar los pronósticos.

 

De acuerdo con Russ Mould, analista de AJ Bell, la situación empieza a verse un poco complicada, debido a la crisis que se está gestando en el mercado inmobiliario chino, al incremento en los rendimientos de los bonos estadounidenses por temor a que las tasas se mantengan elevadas durante más tiempo o a la gran caída en las ventas minoristas del Reino Unido.

En cuanto a la mayor aversión al riesgo en los mercados de bonos globales, analistas de Rabo Bank opinaron que es impulsada por lo que está pasando en el sector bancario en la sombra (conjunto de entidades financieras, infraestructura y prácticas que sustentan operaciones financieras que ocurren fuera del alcance de las entidades de regulación nacionales) y en el sector inmobiliario de China que están saliendo a la superficie en los mercados de deuda centrales.

Mientras tanto, el gobierno de China sigue interviniendo y lanzando medidas. Por un lado, el Banco Popular de China (PBoC) intensificó la defensa del yuan y la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CSRC) dio a conocer un paquete de medidas para reactivar los mercados de capitales del país e impulsar la confianza de los inversionistas.

Destaca la reducción de los costos de negociación entre las iniciativas que se pondrán en marcha, así como el apoyo a la recompra de acciones y la introducción de capital a largo plazo.

Para Pang Xichun, director de análisis de Nanjing RiskHunt Investment Management Co, las medidas impulsarán en el corto plazo a un mercado en el que los inversionistas son muy pesimistas, pero que no cambiarán los fundamentos del mercado; un mercado alcista requiere medidas genuinas que impulsen la expansión del crédito.