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Los primeros signos de reactivación de la actividad económica del país provendrán del sector externo, pues a pesar del ambiente sumamente adverso, las exportaciones han mantenido, y en algunos casos, han aumentado su competitividad, sostuvo Banamex
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Por Notimex CIUDAD DE MEXICO.- Los primeros signos de reactivación de la actividad económica del país provendrán del sector externo, pues a pesar del ambiente sumamente adverso, las exportaciones han mantenido, y en algunos casos, han aumentado su competitividad, sostuvo Banamex. Resaltó que la participación de México en el total de importaciones manufactureras de Estados Unidos aumentó 11% entre enero y mayo, lo que significó una ganancia de mercado de 0.5 puntos porcentuales respecto a igual periodo de 2008. Esta ganancia ha sido mayor en sectores como el automotriz o de bienes eléctricos y electrónicos, "y ha ayudado a aminorar el impacto del choque externo", subrayó el grupo financiero. Más importante aún, dijo, esta el hecho de que la ganancia de mercado de los productos mexicanos sugiere que el sector exportador está bien posicionado para reaccionar frente a una gradual reactivación del comercio mundial. En ese sentido, el grupo financiero destacó que, en contraste, la actividad productiva en México ha mostrado "la tormenta perfecta" en la primera mitad de 2009 y el choque externo explica en sí mismo 7.5 puntos porcentuales de la caída de 8.0% del PIB. En comparación con otras economías de América Latina, dijo, la mexicana es muy abierta, pues las exportaciones representan el 26% del PIB, mientras que el promedio de América Latina es de 17.1%. Además, agregó, se especializa en exportaciones de manufacturas, de las cuales la mayoría se destina a Estados Unidos (82% del total exportado). Por lo tanto, dijo, el país ha estado expuesto al colapso de los volúmenes de comercio exterior, que de acuerdo con la OMC, significó una caída de 30% anual en el primer trimestre del año. Asimismo, el grupo financiero resaltó que en términos de fundamentales macroeconómicos, ni las cuentas externas ni la inflación son temas de preocupación, por lo que la atención debería centrarse sobre el balance fiscal.