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Los consorcios de cemento alemanes y extranjeros acusados de prácticas monopólicas se defienden contra el pago de una multa de 649 millones de euros impuesta por las autoridades de Alemania en el juicio que inició hoy en Dusseldorf

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Por Notimex BERLÍN.- Los consorcios de cemento alemanes y extranjeros acusados de prácticas monopólicas se defienden contra el pago de una multa de 649 millones de euros impuesta por las autoridades de Alemania en el juicio que inició hoy en Dusseldorf. El procedimiento que inició este jueves en el Tribunal Superior de Dusseldorf contra las cementeras alemanas Dyckerhoff, Schenk y HeidelbergCement -esta última la mayor del país-, así como la suiza Holcim y la francesa Lafarge, es el más grande de su tipo. La industria cementera denunció errores de las autoridades alemanas al emitir la sentencia, ya que la Oficina Federal alemana anti-monopolios impuso varios castigos por el mismo delito, contrario a lo que estipula la ley. De acuerdo a ésta, sólo se puede imponer una pena a la parte acusada una sola vez por un solo delito. Las empresas afectadas habrían acordado entre ellas el suministro de alrededor de 100 millones de toneladas de cemento a precios pre-determinados por ellos, con el fin de no permitir el ingreso de nuevos competidores al mercado. De acuerdo al Tribunal Superior de Dusseldorf, esa operación se llevó a cabo entre 1997 a 2001 en Alemania e influyó sobre ventas por un total de seis mil millones de euros (ocho mil millones de dólares). La sentencia contra ocho productoras de cemento y dos importadoras de ese material en Alemania para pagar una multa de 649 millones de euros (864 millones de dólares) la dio a conocer el Tribunal de Dusseldorf en 2003. Para la realización del proceso contra las empresas cementeras, que niegan haber cometido el delito de que se les acusa y rechazan el pago de la multa, se tienen previstas 27 sesiones en el Tribunal. La sentencia del Tribunal podría darse a conocer en Marzo del 2009. De acuerdo a la Oficina Federal Anti-monopolios, las cementeras se pusieron de acuerdo entre sí para comprar las plantas de producción de los competidores y paralizarlas. Además compraron los cargamentos de cemento barato que llegaban desde Suiza y el Líbano o impedían su entrada al Alemania. Incluso una terminal portuaria en Berlín fue comprada por las cementeras para parar definitivamente su funcionamiento. Desde el punto de vista de las autoridades judiciales, el cártel funcionó durante décadas y tuvo éxito en impedir la competencia a nuevos actores del mercado de venta de cemento en Alemania. El Tribunal Superior de Dusseldor tienen la potestad de acortar o modificacar multa. ReadyMix, nombre que llevaba la firma mexicana Cemex en Alemania no forma parte del grupo de empresas afectadas en los años en que se cometió el presunto delito. ReadyMix (Cemex) aceptó desde el juicio de 2003, cuando se impuso la multa, cooperar con las autoridades y aceptó el pago de castigo.