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La CDMX presenta muchos retos por la cantidad de unidades y choferes, estacionamiento, a lo que se debe sumar gastos de entregas fallidas, entre otros.

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El concepto “última milla o last mile” hace referencia a la gestión final del proceso de entrega de mercancías y en el segmento logística, incide en los costos y determina la satisfacción del cliente final. 

En este proceso se recorren pocos kilómetros y casi siempre se lleva a cabo dentro de zonas urbanas, con altos problemas de movilidad como tráfico, accesos difíciles y escasez de sitios de descarga. Para la entrega final de la mercancía se usan motocicletas, automóviles tipo sedán, vans, camionetas, entre otros.

El proceso requiere un corto tiempo, para cumplir con los compromisos prometidos al cliente y, además, es la fase más costosa, ya que implica una mayor cantidad de unidades de transporte y choferes, estacionamiento para las unidades, a lo que se debe sumar gastos de entregas fallidas, donde se tendrá que coordinar nuevamente la visita en el domicilio para poder concluir exitosamente la entrega. 

La logística de última milla es una directamente vinculada con la experiencia de compra y devoluciones, llegando a afectar positiva o negativamente en la percepción del producto mismo y de la empresa. 

Actualmente, en la CDMX existen desarrolladores industriales que cuentan con oferta de espacios industriales enfocados en la operación de última milla. 

Lo relevante es que cuenten con una ubicación privilegiada dentro de la CDMX, por lo cual sus inversionistas las consideran como excelentes puntos logísticos para última milla.

De acuerdo con estimaciones de Statista, la industria logística de última milla en México alcanzará una facturación de $2,100 millones de dólares para el cierre de este año. Durante el año pasado, las ventas por e-commerce crecieron 81% anualmente, de acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO).

“El crecimiento acelerado de empresas de e-commerce está transformando al sector inmobiliario, pues hoy se están reconvirtiendo inmuebles en bodegas para logística de última milla, principalmente en zonas que les ayudan a eficientar sus entregas, buscando estar lo más cerca posible de zonas metropolitanas o dentro de grandes ciudades, adaptándose así el mercado para poder satisfacer las necesidades logísticas de estas empresas, teniendo puntos de distribución bien ubicados, con características y especificaciones ideales para su exitosa operación”, destacó Silvia Gómez, Market Analyst Senior en Datoz.