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Pese a la contracción general de la inversión en construcción durante el primer trimestre de 2025, el crecimiento del sector residencial da muestras importantes de recuperación. No obstante, el retroceso en la construcción no residencial, vinculado a los recortes en el gasto público, sigue lastrando el desempeño general.

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De cara al futuro, el rumbo de la inversión dependerá de factores como el entorno comercial (en especial la revisión del T-MEC), el comportamiento de la inversión extranjera directa ligada al nearshoring y el impulso que pueda dar el gobierno a través de esquemas de inversión mixta en proyectos estratégicos.

 

Según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de enero a marzo de 2025 la inversión en construcción se contrajo -5.0% en comparación con el mismo periodo del año pasado.

 

Fue determinante el desempeño de la inversión en construcción no residencial en dicho desempeño, al contraerse -16.4% en el primer trimestre, manteniendo una trayectoria descendente desde enero de 2024. Mientras que la inversión en construcción residencial presentó un incremento anual de 10.8% en el primer trimestre.

Particularmente durante marzo, el gasto en construcción presentó un marginal retroceso de -0.1% considerando cifras originales (anualizadas), determinado por un repunte de 20.5% anual en la inversión residencial y una contracción de -15.9% en la no residencial.

 


En cambio, con cifras ajustadas por estacionalidad, el gasto en construcción creció 0.8% mensual en el tercer mes del año, pero moderándose ligeramente desde el incremento del 2.4% mensual de febrero. Este desempeño fue determinado por el impulso en el gasto del rubro residencial (+1.7% m/m); mientras que, el gasto del rubro no residencial (-0.8% m/m) se mantuvo en territorio negativo por tercer mes consecutivo, asociado a los recortes del gasto público en el primer año de la nueva administración en México.

Un análisis de Banamex señaló que “tras 7 meses consecutivos de disminuciones (mensuales), este componente ha presentado dos aumentos seguidos en febrero y marzo, ante el buen comportamiento de la construcción residencial”.

 

“Hacia delante, proyectamos que la inversión seguirá desacelerándose debido a las modestas perspectivas de crecimiento del PIB a mediano plazo, la reducción esperada en la inversión pública, las elevadas tasas de interés reales y los efectos de factores de incertidumbre internos y externos”, indicaron los analistas.

 

Sobre el desempeño futuro, un reporte de Banorte indicó que “creemos que la inversión podría retomar una tendencia más positiva. El pilar para esto recae en nuestra expectativa de que la revisión del T-MEC comenzará a finales del 3T25, brindando mayor certidumbre sobre la situación comercial del país. Con esto en mente, pensamos que los bríos en torno a la inversión extranjera directa relacionada con el nearshoring podrían renovarse, impulsada nuevamente por la construcción de parques industriales. La inversión pública probablemente también aumentará su ritmo, en línea con las metas aceleradas del Plan México, incluyendo los proyectos que se puedan realizar bajo la relanzada figura de ‘inversión mixta’.