En conjunto, el sector enfrenta un panorama de fragilidad que dependerá, en buena medida, de la recuperación de la inversión pública para revertir la tendencia contractiva.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su comparación anual y con cifras originales, el sector presentó una disminución de -4.0% frente al mismo mes de 2024.
Se explica este desempeño, principalmente, por el marcado retroceso en la construcción de obras de ingeniería civil, que cayó -28% anual, reflejo de la menor inversión pública en infraestructura. En contraste, la edificación mostró un repunte de 2.3% anual, aunque insuficiente para compensar el impacto negativo del gasto gubernamental.
Por su parte, los trabajos especializados en construcción registraron una leve caída de -0.4% anual.
De acuerdo con el análisis de BBVA Research, Situación Inmobiliaria, “el resultado se debe principalmente al subsector de Obra Civil, lo que se esperaba, dado el recorte de recursos para obra pública del orden de 12.6% en términos constantes respecto al 2024”.
Señalaron que el resultado negativo de la obra civil lo pronosticaron desde hace tiempo con base en los recortes al presupuesto para este tipo de obras en 2024 y 2025.
Recordaron que, en 2025, por segundo año consecutivo “el gobierno federal tuvo que recortar por segundo año consecutivo el presupuesto para obra pública ante la fuerte presión que las transferencias aplican al balance fiscal”.