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El gobierno neoyorquino prohibió desalojar a los inquilinos que se enfrenten a dificultades financieras mientras sigan vigentes las medidas de confinamiento.

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La pandemia del Covid-19, ha golpeado muy fuerte al sector inmobiliario del mundo. En Nueva York, miles de inquilinos no pueden pagar sus rentas del alquiler, por la pérdida de sus empleos provocados por el coronavirus. Situación que ha desatado una crisis en uno de los mayores mercados de arrendamiento de viviendas del planeta, ya que muchos propietarios llevan desde el mes de marzo sin cobrar, mientras el gobierno prohibió el desalojo de inquilinos.

Especialistas aseguran que el mercado de la vivienda en Nueva York siempre ha sido diferente al resto de los Estados Unidos. Asimismo, cifras aseguran que dos tercios de los ciudadanos de la mayor ciudad estadounidense viven de alquiler. El Estado de Nueva York estableció la prohibición de desalojar a los inquilinos que se enfrenten a dificultades financieras, mientras sigan vigentes las medidas de confinamiento.

“El problema no es solo los inquilinos que no pagan. Es más difícil encontrar reemplazos para los que se van” señaló Dondre Roberts, un agente inmobiliario de Nestseekers International. “Tenemos un 17% de pisos vacantes cerca de la Universidad de Nueva York. Muchos estudiantes esperan la evolución de la pandemia en las casas de sus padres antes de regresar a la vida universitaria”, agregó.

El agente destaca que muchos propietarios ofrecen un mes de alquiler gratuito y pagan la tarifa a la agencia. "Es un mercado de inquilinos, donde los inquilinos con trabajo son cada vez más difíciles de encontrar", indicó. Por su parte, Jonas Shaende, economista jefe del Instituto de Política Fiscal, añadió que “muchos inquilinos han logrado mantenerse al día con sus pagos de alquiler, pero si se acaban las ayudas ya no podrán hacerlo. Va a ser un desastre“.

El Gobierno federal se ha apresurado a proteger el mercado hipotecario, con moratorias y aplazamientos para los propietarios hipotecados, pero todavía no hay un plan de rescate para los inquilinos.