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Hace un año cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer la pandemia del Covid-19, nunca nos imaginamos a qué nos íbamos a enfrentar; todavía no sabemos hasta dónde pueden llegar las consecuencias de esta pandemia.

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El Notariado ha sido y sigue siendo considerado como una actividad esencial durante la contingencia. Es por ello que las notarías funcionan en cualquiera de los niveles de alarma del sistema de alerta sanitaria. Como consecuencia de lo anterior, vale la pena reflexionar sobre los diferentes pendientes que podemos tener para poner al día nuestros asuntos. Así como las particularidades que la labor notarial ha tendido durante esta complicada época.

Por un lado, debemos advertir que varios de los trámites ante dependencias oficiales se han hecho más lentos de lo habitual, y, sin embargo, estamos tratando de proporcionar a la población y al público en general el mejor servicio posible; por el otro, poco a poco se ha venido logrando que muchos de los trámites se puedan realizar en línea y que incluso la mayor parte de los trámites se pueda realizar a distancia, dejando sólo el momento final -la firma- de forma presencial.

Dentro de las lecciones que nos ha dejado esta pandemia está la de no dejar para mañana lo que puedes hacer hoy: ten tus documentos en orden.

Obtén el título de propiedad de aquellos bienes inmuebles sobre los que no has formalizado los actos correspondientes, ya sea por haberlos adquirido a través de un contrato privado, o por una sucesión que no se ha tramitado ¡Que esperas! Acude con tu notario de confianza para que logres la formalización de tu contrato, no dejes problemas a tu familia.

La pandemia también nos ha hecho pensar que no somos eternos, que estamos hoy; pero mañana, no sabemos. Actualiza a los beneficiarios de tu testamento, así como a los de tus cuentas bancarias y de contratos de seguros.

Cambio de planes

Es común que, con el transcurso de los años, tu voluntad cambie y, consecuentemente, aquellos beneficiarios designados en un inicio sean muy distintos a las personas que queremos proteger en la actualidad.

Por ejemplo, imaginemos el caso de una persona soltera que, al abrir una cuenta bancaria, designa como beneficiario de esta a uno de sus hermanos, después de varios años, aunque su situación familiar haya cambiado por contraer matrimonio y haber tenido hijos; no es algo fuera de lo común que el cuentahabiente omita actualizar al beneficiario de esos recursos. Algo similar sucede en los testamentos, es importante otorgar uno para que la ley no supla nuestra voluntad o revocar un testamento anterior mediante el otorgamiento de uno nuevo, si ha cambiado nuestra voluntad.

Otra lección que nos ha dejado la pandemia es la importancia del Documento de Voluntad Anticipada, figura prevista en nuestra legislación local desde enero del 2008. A través de dicho documento, de forma anticipada, una persona mayor de edad y capaz, expresa su voluntad de ser sometida o no, de encontrarse en etapa terminal por una enfermedad incurable, a los tratamientos que prolongan de manera innecesaria la vida cuando ya no es posible mantenerla de manera natural y puede solicitar someterse a cuidados que aumenten su calidad de vida en la etapa terminal (cuidados paliativos). Además, puede plasmar su intención de donar o no órganos después del fallecimiento.

También hemos aprendido que es conveniente prever en los contratos diversas cláusulas que equilibren las prestaciones en el momento en que una situación imprevisible y que nos rebase a todosgenere una mayor onerosidad para una de las partes. Un gran número de controversias han surgido derivadas del desequilibrio que provocó la pandemia, mismas que pudieron evitarse o aminorarse con la inclusión de dicho tipo de cláusulas. Un claro ejemplo son los contratos de arrendamiento.

Como dije, nuestro Gobierno consideró desde un principio a la actividad notarial como esencial, por lo que las Notarías están abiertas en todas las fases de semáforo epidemiológico.

El notariado está al servicio del bien y la paz jurídicos, por lo que no se puede privar a la población del acceso a esta garantía institucional. Con el fin de mitigar el riesgo de contagio, el notariado se ha adaptado cada vez más a las nuevas tecnologías, como lo hemos venido haciendo gracias a un gran esfuerzo por parte de nuestro Colegio de Notarios, que coadyuva con los legislativos locales y federales para poner al día nuestras disposiciones legales.

Aprendamos y que no sean en vano las lecciones que tan duramente nos ha dejado esta pandemia.

Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla.”

Notario 132 de la Ciudad de México

https://colegiodenotarios.org.mx/