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Las smart cities, cripto cities, blockchain y los NTF’s toman y reinventan la historia, como si el ser humano estuviera justo antes de un gran examen de urbanismo.  

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El urbanismo y la arquitectura han recorrido juntamente un trayecto de 25 años, pero pueden vivir un recomienzo, tomando en cuenta que solo en dos años, la irrupción del metaverso y las proptech, pueden volver a hacer un reset en el panorama de ambas.

Para un arquitecto que está interesado en unir las bondades del proptech, las fintech, las ciudades con habitantes felices y la planeación integral a través de una intervención tecnológica, pueden juntas, dar un salto cuántico con el apoyo de la ciudadanía.  

“Las smart cities, una vez que introduces un componente digital, ofrece nuevas reglas para jugar. Hoy en día estamos en un momento apasionante de transformación en la historia del ser humano, así como de las ciudades, ya que se encuentran muy ligadas. Pero también la ciudad es resultado del comportamiento humano, para bien y para mal”, destaca en entrevista con Real Estate Market & Lifestyle, Jorge Alonso, arquitecto y urbanista en Chapman Taylor Madrid Estudio.

 


Jorge Alonso, arquitecto y urbanista en Chapman Taylor Madrid Estudio.

 

Alonso, quien nos brinda este panorama en plática desde España, afirma que por naturaleza, el desarrollo de las smart cities demuestran que cada día va a ser más posible coordinar los esfuerzos para el inicio de una propiedad, así como de su diseño, con una colaboración más vital entre arquitectos, constructores, y gentes de la construcción que trabajan juntos. “La tecnología nos está haciendo trabajar cada vez más de manera conjunta, un ejemplo de ello es lo que se hace a través de la tecnología Building Information Modeling o mejor conocida como BIM”.

 

Y agrega: “El urbanismo se relaciona con el proptech, que es la tecnología ligada a la propiedad; pero además, en cierto sentido, el patrimonio es con el que se crea una ciudad. Si llevamos 60 años trabajando en el urbanismo y diseño de ciudades, con inversiones, promotores, desarrolladores, no tanto con administraciones ni con todo lo que crea ciudad desde el otro lado, debemos ver además un elemento económico importante, como lo es un rédito”.

Alonso señala que cuando una persona invierte en un patrimonio, se requiere que haya un beneficio igual, por alquiler, venta o uso público, en ese sentido, “el proptech ayuda a la ciudad y a los agentes. Pero si cambias la palabra ciudad por smart cities, y las unes con las proptech, todo tiene más relación”.

 

Nuevas verticales poco exploradas

Para el arquitecto español y que ha viajado por el mundo, conoce los detalles y los retos que conllevan América Latina y China, pero ahora, con un competente ético y desde la creación filosófica:

“En mis diseños hablo de la felicidad, de las relaciones humanas, y lo ligo directamente con las herramientas tecnológicas. Nunca olvidemos que un ordenador o una computadora es simplemente una herramienta para el ser humano. En ese servicio no está nuestro verdadero poder. Yo soy positivo en mis conceptos, porque mis bocetos y proyectos buscan convivir en un mundo más enlazado y mejor”.

En cuanto a los retos de las Smart cities y las proptech en América Latina, busca comprender un nuevo enfoque, a diferencia de la visión egoísta que se vive en Europa.

“Yo pongo a América Latina como ejemplo en muchos foros europeos, donde parece que solo podemos hablar de Europa. Nos estamos envejeciendo de tanto hablar de nosotros. Y luego no somos ni capaces de arreglar el asunto de los vecinos de al lado”.

 

 

Citó el ejemplo de Bogotá, ciudad que en los últimos 15 años ha introducido novedosos bosquejos de movilidad, economía compartida y desarrollo de proptech. “A lo mejor tendrá 3 mil problemas, pero los va solucionando poco a poco. Ellos tienen ganas de hacer las cosas bien. En Europa este asunto está más anquilosado. En este sentido, el proptech se vuelve más relevante en Latinoamérica porque todavía va a producir más cosas”.

El arquitecto de Chapman Taylor, quien ha desarrollado diversos proyectos en México y China, afirma que como concepto, estamos recién nacidos en temas proptech. “Ahora escribo y diseño sobre las smart cities y el reciente tema de las cripto cities, además del blockchain y los NTF’s y no se sabe tanto todavía sobre el tema. Considero que estamos en medio de la historia y como si estuviéramos justo antes de que nos pongan un examen existencial. Es un momento muy emocionante”.

Sobre el desarrollo del metaverso, afirmó: “En el tema de las cripto cities hay muchos planes, pero muy poca información. Esta mañana hablaba con un compañero de Chapman Taylor que labora en Bangkok, Tailandia, quien desarrolla un proyecto que engloba smart cities, cripto cities y blockchain. Si a esto le agregas el tema del metaverso, se vuelve completamente un mundo paralelo. Pero en ese mundo paralelo nos podemos entender. En la realidad de todos los días, vivo con mis familiares, con una personalidad, “pero en el metaverso yo puedo ser quien sea”.

Alonso detalla que estos nuevos modelos incluso abren puertas para nuevos modelos de inversión inmobiliaria: “A lo mejor un promotor no puede comprarse un edificio, pero sí puede comprar en el metaverso, y a través de una cooperativa de inversores con dinero de criptomonedas una nueva realidad en un nuevo mundo”.  

Ahora, referente a las cripto cities, “que sería una nueva subsegmentación de las Smart cities, se puede replicar un nuevo mundo con monedas, dinero, transacciones y compras. El otro día en España salió una noticia sobre varias tiendas retail que ya invierten en el metaverso para que la gente compre físicamente y virtualmente en las mismas tiendas, con enlaces para Amazon, Zara o MediaMart. En ese mundo de internet también hay ciudades, no creo que sea difícil de imaginar, pero sí difícil de creer”.

 

Urbanismo, ciudadanía y metaciudades

Al cuestionársele sobre la idea de llevar, por ejemplo, municipios al metaverso, para replicar los problemas urbanos con soluciones arquitectónicas, señaló:  

“Como ejemplo, está Metepec, una ciudad hermosa de tu país. Ahí las administraciones públicas pueden hacer una consulta a través del metaverso, y crear un portal en el que los ciudadanos, a través del urbanismo colaborativo, opinen o pongan una jerarquía a los problemas que viven el municipio, como las aguas, la recolección de basura, aguas residuales, movilidad y red eléctrica. Ahí por lo menos, empezamos a preguntar. Con este metaverso en los municipios se nos va a permitir desarrollar el urbanismo colaborativo para que la gente opine, tal como lo hacemos en un grupo de WhatsApp, pero en un marco de respecto para hacer un municipio mejor”, explica.  

Dice que si hay un Metepec en el metaverso, con realidad virtual, uno puede caminar por sus calles y llevar la ciudad ahí el concepto ideal de ciudad. “Por algo Google lleva años escaneando nuestras ciudades. Ellos ya quieren tener el mundo replicado. Pero nosotros podemos preguntar: ‘¿cómo quieres que sea Metepec?’ Ahí puedes poner una foto de una avenida, y luego, replicar cómo la gente quiere verlo en realidad en el metaverso”.

Con ello, argumentó, “las alcaldías, inversionistas y desarrolladores, ya pueden decir: ‘esa parcela que está en este punto me interesa. Aquí tienes mis datos’ y volvemos a fusionar el proptech con el Fintech y la tecnología, y cuando alguien desarrolle ese suelo, va a aparecer este proyecto. Parece un poco utópico, pero es posible. Aquí puede incluso participar un Fideicomiso de Inversión en Bienes Raíces (Fibra) en colaboración con algún despacho de arquitectos, que a su vez, coteje si ya han tenido otros proyectos anteriores en ese municipio. Es fantástico. Bien utilizado, el metaverso, la internet, el urbanismo colaborativo y la esencia de lo humano pueden convivir. Ahí empieza verdadero juego”.