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En México es muy clara la diferencia entre la economía del Norte y del Sur, pero se tiene gran potencial y la oportunidad de empezar a romper ese ciclo y revertir ese rezago a pesar de los retos complejos que enfrenta.

El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec no solo se centra en mejoras logísticas, sino que también se proyecta como catalizador clave.

Aprovechando la frontera imaginaria más grande que tiene México con el este de Estados Unidos y Europa, atrae millonarias inversiones.

“¡Claro que vienen buenos tiempos para Oaxaca!”, es el comentario de Salomón Jara Cruz, gobernador de Oaxaca, respecto a la infinidad de obras de infraestructura que han llegado y llegará a su estado. “Prueba de ello son las inversiones millonarias en los municipios con menores índices de desarrollo”, considera.

El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) es una oportunidad para México, pero en particular para la región del Istmo, una región abandonada durante muchos años y que hoy tenemos la posibilidad de que florezca.