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La evolución de la industria musical en las últimas dos décadas ha sido notable, marcada por cambios significativos en los patrones de consumo y distribución.

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Hace 20 años, la industria mundial de la música grabada obtenía sus ingresos a través de la venta física. Spotify y “compañía” aún no estaban a la vista. Años antes, la llegada del MP3 y el intercambio de archivos ya habían sacudido fuertemente al negocio discográfico.

 

Entre 2001 y 2010, la comercialización de música en formato físico disminuyó más de 60%, reduciéndose de 21 mil 600 millones a 8 mil 200 millones de dólares (mdd).

 

Durante ese periodo, las transacciones de música digital pasaron de cero a casi 4 mil mdd, lo cual no fue suficiente para compensar la caída de las operaciones de los CD.

El negocio musical tocó fondo en 2014, cuando la facturación total fue de 13 mil 100 mdd, su nivel más bajo en 20 años. No fue hasta la aparición y adopción generalizada de los servicios de streaming que la suerte de la industria discográfica volvió a cambiar y en la actualidad, factura unas cuatro veces más con el streaming que con los CD, vinilos o casetes.

 

 

Las plataformas de streaming son responsables en gran medida del resurgimiento del negocio, tal y como muestra el gráfico basado en datos de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés).

 

Según IFPI, en 2023, los servicios de música en streaming reportaron al negocio de la música grabada mundial ingresos por 19 mil 300 mdd, más que los CD, casetes y vinilos en los últimos 20 años. Entretanto, el año pasado la venta de música física representó para la industria musical global unos ingresos de 5 mil 100 mdd.

 

Información de la IFPI muestra que, las operaciones de música grabada (incluye el formato streaming, físico, digital y también los derechos de sincronización e interpretación) aumentaron en 2023 un 10.2% interanual, hasta un total de 28 mil 600 mdd, encadenando su noveno año consecutivo de crecimiento.

 

 

El año pasado, el segmento digital representó la mayor parte de los ingresos de la música en todo el mundo, con los servicios de streaming representando el 67% del ingreso. Según IFPI, a finales de 2023 hubo 667 millones de personas suscritas a un servicio de pago de música en streaming, y los ingresos de este tipo de servicios superaron con creces los de las descargas digitales.

Dependiendo del contrato entre el servicio de streaming y la discográfica del artista, a veces más, a veces menos de este aumento de ingresos va a parar directamente a los autores y escritores.

Las cifras exactas no están disponibles en las estadísticas oficiales. En un informe de Loud & Clear, Spotify solo informa de 9 mil mdd distribuidos, pero no explica cómo es el reparto en la práctica.