Estas áreas, donde confluyen aguas dulces y saladas, no solo albergan una gran biodiversidad y capturan carbono de forma natural, sino que funcionan como barreras vivas que reducen la erosión, mitigan el impacto de tormentas y huracanes, y depuran contaminantes.
Para la SAPmx, la conservación de los manglares es también un tema económico y social. Estos ecosistemas suministran recursos como madera regulada y alimentos únicos, entre ellos la miel de manglar, apreciada internacionalmente por su sabor salado y calidad gourmet. Además, actividades como la extracción de tintes naturales en Oaxaca o la recolección sustentable de almeja tichinda generan ingresos sin afectar el equilibrio ambiental.
El ecoturismo es otro motor económico vinculado a los manglares, mediante la observación de aves, recorridos en kayak y actividades educativas que fortalecen las economías locales. No obstante, su preservación exige una correcta planeación territorial y la participación activa de comunidades, autoridades y sectores especializados.
La organización impulsa proyectos de restauración, principalmente a través de reforestación, para recuperar superficies dañadas, restablecer la conectividad ecológica y devolver los servicios ambientales. Asimismo, promueve una visión de diseño del territorio que integre la protección de manglares como eje central, en alianza con comunidades y sectores estratégicos.
Reafirma la SAPmx su compromiso con la preservación de este patrimonio natural, clave en la lucha contra el cambio climático, la protección de la biodiversidad y la seguridad de las comunidades costeras.