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México está viviendo una transformación acelerada en su ecosistema financiero, impulsada por el crecimiento de las cuentas digitales, la expansión del dinero móvil y la entrada de nuevos jugadores tecnológicos.

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El Índice Banamex de Inclusión Financiera 2025 confirma que el país avanza hacia una banca más accesible y moderna, cada vez más digital, aunque persisten profundas brechas regionales y desafíos de adopción que impiden que estos avances lleguen por igual a toda la población.

Indicó que entre 2021 y 2024, el porcentaje de personas que abrió una cuenta de ahorro a través de internet o mediante aplicaciones no bancarias se incrementó de 2.7% a 10.3 por ciento. Este dinamismo es uno de los cambios más profundos reportados en la edición 2025 del índice, que también documenta una transformación estructural en los canales de acceso a los servicios financieros.

 

La digitalización no solo impulsa el ahorro, sino también el acceso al crédito. Según Banamex, la entrada de nuevos jugadores digitales ha ampliado el acceso a productos formales, incluyendo cuentas de ahorro y crédito, y ha contribuido a disminuir brechas históricas, como la de género en la propiedad de cuentas.

 

A su vez, el uso de dinero móvil —cuentas vinculadas a celular— ha potenciado el ahorro formal, gracias a su accesibilidad y facilidad para recibir depósitos pequeños y frecuentes.

Este auge digital no ha sido inocuo para la banca tradicional: las sucursales físicas han perdido terreno. El índice reporta una caída del 16% en el número de sucursales entre 2017 y 2024, mientras que los cajeros automáticos (ATM) apenas han crecido, lo que sugiere una reorganización hacia los canales digitales.

Y en paralelo, el uso de terminales punto de venta (TPV) ha mostrado una contracción en establecimientos tradicionales, probablemente porque cada vez más comercios optan por soluciones de pago digital ofrecidas por fintechs.

 

 

A nivel geográfico, el índice destaca marcadas diferencias entre entidades. La Ciudad de México se mantiene como líder en inclusión financiera, liderando en 12 de las 14 variables analizadas.

 

Pero en contraste, estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero continúan en los estratos más bajos, lo que evidencia una desigualdad estructural.

También, aunque la digitalización avanza, persisten retos de confianza y uso efectivo de los servicios, porque la conectividad por sí sola no garantiza inclusión: hay segmentos de la población que, pese a tener acceso a internet o teléfono, no utilizan productos formales debido a barreras de desconfianza, requisitos complejos o falta de educación financiera.

 

Pese a estas dificultades, el panorama es optimista. La apertura de cuentas digitales —el indicador con la mayor evolución en el informe— ha crecido 502% entre 2017 y 2024.

 

Se suma este impulso digital al esfuerzo de Banamex por atraer a jóvenes a la banca formal, mediante productos diseñados para sus hábitos tecnológicos.

Finalmente, el Índice Banamex de Inclusión Financiera evidencia que México está viviendo una transformación profunda hacia una banca digital más accesible. El crecimiento de las cuentas por app, el crédito digital y los canales móviles son logros significativos, aunque los desequilibrios regionales y de confianza aún requieren atención para garantizar que esta revolución financiera llegue a todos los rincones del país.