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La presión sobre la inflación está encareciendo el costo del dinero a nivel global y México no es la excepción.

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A nivel internacional se observa una política monetaria más restrictiva, en economías avanzadas y emergentes, ante las elevadas presiones inflacionarias, es por ello que en México se han ligado cinco incrementos consecutivos en las tasas de interés de referencia del Banco de México (Banxico).

De acuerdo con analistas de Banorte, “nuevamente identificamos una mayor preocupación por el panorama de inflación, además del reconocimiento de un entorno más complejo ante un apretamiento más fuerte de la política monetaria en el mundo”.

En particular, identificaron tres elementos importantes en el comunicado del banco central:

  • Los estimados de inflación aumentaron sobre todo para los próximos cuatro trimestres, tanto en la general como la subyacente;
  • El banco central notó una política más restrictiva en economías avanzadas y emergentes ante las elevadas presiones de inflación; y
  • Se retiró la frase sobre choques principalmente transitorios para la inflación, con la convergencia al objetivo ahora esperado en el 4T23.

La Junta de Gobierno del banco central ha incrementado desde 4.0% su tasa de referencia a partir del 24 de junio pasado, hasta  5.5% en diciembre, luego de incrementar cuatro veces consecutivas 25 puntos base (pb) y 50 pb adicionales en el quinto incremento consecutivo.

Los analistas de la institución financiera reiteraron su “expectativa de alzas acumuladas de 125pb en 2022, llevando la tasa de referencia a 6.75% al cierre de año. En específico, anticipamos alzas en febrero (+50pb), junio (+25pb), septiembre (+25pb) y diciembre (+25pb)”.

Al respecto, Intercam señaló que “en el panorama hay una preocupación por la inflación, que viene aparejado a menores condiciones de laxitud monetaria a nivel global. Nuevamente aumentan sus proyecciones de inflación, particularmente para el 2022, y ahora esperan que la convergencia hacia el objetivo se concrete en el último trimestre del año 2023. Con respecto a la inflación, las expectativas de mediano plazo aumentaron, así como el balance de riesgos que permanece sesgado al alza. Con esto, el mensaje sobre la decisión fue contundente, pues la Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques que han impactado a la inflación y consideró que han sido mayores y quisieran evitar el riesgo en la formación de precios”.

Bajo ese contexto, el panorama de cara al 2022 estará sujeto a varios riesgos:

1) Una inflación acelerada, que si bien las expectativas proyectan un movimiento parabólico, aún se mantendrá lejos de los objetivos de los bancos centrales.

2) La re calibración de las políticas monetarias a nivel global en un tono de menor laxitud y menor  liquidez.

3) Covid y sus variantes, las restricciones a los viajes y las consecuentes afectaciones a ciertos sectores productivos. 4) cadenas de suministro y cuellos de botella, que se prevé se regularicen hacia el segundo semestre del año, pero con riesgos a que la afectación sea más persistente.