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Mostró la mayor apreciación desde el 4T20 y se ubicó como la divisa más valorada en la canasta amplia de principales cruces.

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Durante el primer trimestre del año, el peso mostró una apreciación de 7.45% o 1 peso y 45 centavos, cotizando alrededor de 18.05 pesos por dólar, con el tipo de cambio tocando un máximo de 19.5355 pesos el 3 de enero y un mínimo de 17.8981 pesos por dólar el 9 de marzo, nivel no visto desde el 26 de septiembre del 2017.

Con lo anterior, el peso mostró la mayor apreciación trimestral desde el cuarto trimestre del 2020 y se ubicó como la divisa más apreciada en la canasta amplia de principales cruces, seguido del peso chileno con 6.55%, el florín húngaro con 6.10% y el real brasileño con 4.20%. Cabe mencionar que el peso ganó terreno durante los primeros tres meses del año, avanzando 3.39% o 66.1 centavos en enero, 2.83% o 53.3 centavos en febrero y 1.42% o 25.9 centavos en marzo.

 

 La apreciación del peso se debió a una combinación de los siguientes factores: 

1. La especulación de que la Reserva Federal se encuentra cerca de concluir el ciclo de incrementos a la tasa de interés. Esta expectativa estuvo respaldada por la disminución gradual de la inflación, que en febrero se ubicó en 6.0% anual, acumulando ocho meses consecutivos a la baja desde el pico de 9.1% en junio. A pesar de que los oficiales de la Fed han señalado reiteradamente que la inflación sigue en niveles muy elevados y que será necesario mantener una postura monetaria restrictiva por un amplio periodo de tiempo, el mercado estima un incremento adicional a la tasa de interés el 3 de mayo de 25 puntos base a un nivel entre 5.00 y 5.25 por ciento.

Además de la tendencia a la baja de la inflación, el desorden bancario de marzo llevó al mercado a especular temporalmente la posibilidad de recortes a la tasa de interés. Cabe recordar que, a partir del 9 de marzo con la caída de Silvergate Bank, Silicon Valley Bank y Signature Bank, el mercado puso en duda la capacidad de solvencia de otros bancos en Estados Unidos, en específico bancos regionales, ocasionando retiros masivos y la especulación de que podría materializarse una crisis financiera. Las repercusiones llegaron a Europa en donde el banco Credit Suisse perdió la confianza del mercado, obligando a su adquisición por parte del banco UBS. A pesar de que el desorden bancario probablemente tenga repercusiones negativas sobre el otorgamiento de crédito en Estados Unidos, elevando la probabilidad de recesión, en el corto plazo se fortalece la expectativa de que la Fed será más cautelosa en la conducción de la política monetaria.

 

Por lo anterior, en el trimestre, el índice ponderado del dólar cerró con un retroceso de 1.31%. Es importante mencionar que las pérdidas del dólar se concentraron en enero (-1.88%) y marzo (-1.95%), mientras que en febrero avanzó 2.57%. Esto se debe a que, durante febrero, varios oficiales de la Reserva Federal señalaron la posibilidad de subir la tasa a un mayor ritmo en marzo. Sin embargo, esta posibilidad fue desechada tras el desorden bancario iniciado el 9 de marzo.

 

2. Expectativa de una postura monetaria más restrictiva por parte del Banco de México. Debido a que la inflación en México ha disminuido a un ritmo lento, en febrero la Junta de Gobierno decidió subir la tasa objetivo en 50 puntos base, sorprendiendo al mercado que anticipaba un incremento de 25 puntos base. En marzo Banxico realizó un segundo incremento de 25 puntos base, llevando la tasa a 11.25%. Todavía persisten los riesgos al alza para la inflación y el componente de servicios sigue presionado al alza, por lo que no se descartan incrementos adicionales a la tasa.

3. Perspectivas positivas para la inversión en México e indicadores de crecimiento mejores a lo esperado. La apreciación del peso ha estado respaldada desde un enfoque fundamental por los flujos de dólares hacia el país, por concepto de exportaciones, remesas e inversión extranjera directa. El 1 de marzo, Tesla anunció la construcción de una planta automotriz en Nuevo León, lo que se espera esté acompañado de otras inversiones relacionadas al sector automotriz. Debido al deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China, se especula que México seguirá siendo receptor de inversión extranjera directa, lo que en el largo plazo implica un mayor crecimiento económico y flujos de divisas por exportaciones.

 

También se publicaron indicadores de crecimiento mejores a lo esperado. El Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) correspondiente a enero del 2023, mostró una aceleración en el ritmo de crecimiento, avanzando a una tasa mensual de 0.56%, la mayor desde septiembre de 2022. El Indicador Oportuno de Actividad Económica (IOAE) de febrero mostró un crecimiento mensual de 0.29% y asumiendo que el crecimiento de marzo fuera 0%, el PIB del primer trimestre mostraría un crecimiento cercano a 0.9% trimestral y 3.5% anual.

 

En el mercado de futuros de Chicago, las posiciones especulativas netas a la espera de una apreciación del peso se redujeron en 2,251 contratos a 49,279 contratos en la semana comprendida entre el 22 y el 28 de marzo. Cabe recordar que, a finales de diciembre del 2022, las posiciones especulativas netas estaban posicionadas en contra del peso mexicano en 51,726 contratos. El movimiento de apuestas netas en contra del peso hacia apuestas netas a favor del peso es consistente con la apreciación trimestral del peso y la expectativa de que el tipo de cambio podría continuar la tendencia a la baja en el corto plazo.

 

En el trimestre, el euro tocó un mínimo de 1.0484 y un máximo de 1.1033 dólares por euro. La libra tocó un mínimo de 1.1804 y un máximo de 1.2448 dólares por libra. Por su parte, el euro peso tocó un mínimo de 18.9055 y un máximo de 20.8960 pesos por euro.