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Volatilidad, transparencia de los bancos centrales en su comunicación al gran público, introducción de criptomonedas y alzas en las tasas, entre sus pronósticos.

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Agustín Carstens, Gerente General del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés), recientemente sostuvo una conversación desde Suiza con un grupo de periodistas en la Ciudad de México.

Al compartir diversos comentarios respecto al reporte anual del BIS, documento considerado como referencia global en materia de política monetaria y el papel de los bancos centrales, el también ex titular del Banco de México (Banxico) planteó varias ideas a considerar en el futuro económico de México y el mundo.

Carstens, quien maneja el banco central de los bancos centrales, tiene la ventaja de reunirse en Basilea (Suiza) con autoridades financieras del mundo y compartir visiones y perspectivas del entorno financiero internacional.

Considerado como uno de los expertos en finanzas de más alto perfil esbozó los nuevos escenarios económicos y las nuevas tendencias que podrían darse a mediano y largo plazo:

1.- Bancos centrales deben ofrecer las monedas digitales o criptomonedas. En el análisis que presentó, dio su respaldo al desarrollo de monedas digitales de bancos centrales (CBDC), argumentando que son necesarias para modernizar las finanzas y para garantizar que las grandes empresas tecnológicas no controlen esos activos.

El informe presentado informó que 56 bancos centrales y autoridades monetarias, que representan alrededor del 20% de la población mundial, están considerando las monedas digitales a medida que el comercio se traslada a los negocios online.

Este impulso se produce cuando el uso de efectivo físico cae a nivel mundial y las autoridades buscan defenderse de la “amenaza” para la capacidad de impresión de dinero que representan activos como el bitcoin y los esfuerzos de las grandes tecnológicas como Facebook, que lanzó la criptomoneda Diem, antes conocida como Libra.

Cabe señalar que Bahamas en octubre, ya lanzó un CBDC de propósito general, conocido como Sand Dollar, en tanto que China tiene varios ensayos y Suiza y el Banco de Francia anunciaron el primer experimento transfronterizo de Europa.

2.- Los bancos centrales no deben tomar medidas extremas: “No es momento de que los bancos centrales tomen medidas extraordinarias. Muchos de estos aumentos se van a resolver por sí mismos” y ejemplificó con el caso de los autos seminuevos de Estados Unidos, que subieron 40%, pero que sería un fenómeno transitorio será por única vez, o el caso de algunas industrias que vivieron deflación en 2020 y ahora registran aumentos muy significativos.

3.- Volatilidad y toma de decisiones bien analizadas: Ante ello, puso de ejemplo a la FED de Estados Unidos, la cual “ha sido clara y el mensaje que está mandando es el adecuado. Ha sido extremadamente cuidadosa en telegrafiar cuáles son sus intenciones, su plan es ajustar las tasas de manera gradual. Han dicho que serán muy pacientes. Este mensaje ha generado problemas porque los mercados son muy impacientes. Viviremos periodos de volatilidad (…) con la Fed y los mercados”.

4.- Liderazgo de la FED a nivel mundial: Carstens destacó que el papel de la FED es relevante para predecir lo que harán otros bancos centrales, ya que al mantener sus tasas en niveles de cero, “Ayudó mucho a su país, pero también ayudó al resto del mundo. Un alza de las tasas en EU podría traer repercusiones en el servicio de la deuda de los países emergentes”.

5.- Sostenibilidad, impulso a la inversión y educación. “Necesitamos  (…) fórmulas para inducir el crecimiento económico y la recuperación del empleo (…) Encontrar cómo incentivar la inversión y estimular la competencia económica para tener crecimiento sostenible. El reto es múltiple: encontrar soluciones en (…) salud y aprender a convivir con el virus, y atender políticas (…) como la educativa”.

6.- No forzar los precios de los bienes a la baja. Para la inflación, dijo, la solución no sería apretar demasiado la política monetaria “no es una buena idea forzar a la baja los precios de todos los bienes y servicios para compensar aumentos en precios que responden a factores que no son monetarios. Esto no ayudaría al resultado económico final que estamos buscando. Es necesario tener una lectura precisa de cuáles son esas distorsiones particulares en algunos mercados porque quizá estas distorsiones pueden ameritar políticas económicas específicas”. Lo anterior, contrasta con la idea del Presidente Andrés Manuel López Obrador de controlar artificialmente los precios de varios insumos.

7.- Los Bancos Centrales deben ser menos técnicos en su lenguaje. Para ello, se tiene que “explicar qué está pasando y lo que están haciendo. En un ambiente de incertidumbre, la sociedad quiere guía, que alguien les pueda decir qué está pasando y hacia dónde vamos. Tendemos a hablar de manera muy técnica y por eso no logramos alcanzar al máximo de la sociedad. Se trata de identificar los problemas y trasmitirlos, sin perder credibilidad”.

8.- Tasas de Interés subirán hasta 2023. Aunque mencionó que probablemente hasta el año 2023 eleven las tasas de interés, los inversionistas tienen dudas de que vaya a esperar tanto y algunos juegan a adelantarse a esa decisión.

9.- Posibilidad de escenarios de incertidumbre. Por último, Carstens no descartó que se presenten momentos de incertidumbre económica mundial debido a los efectos colaterales de los cierres parciales de las economías, que han afectado de manera desigual a todos los sectores económicos. 

 Con información de El Economista, El Financiero y Forbes