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Un mejor desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) para la segunda mitad del año se reduce por el escenario complicado que se vive interna y externamente.

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Factores internos y riesgos externos determinarán el ritmo de crecimiento de México en lo que resta del año.

El crecimiento preliminar del Producto Interno Bruto (PIB) de México en la primera mitad de 2022, de 2.0% a tasa anual, no implica que la economía haya entrado en un proceso de franca recuperación ni se haya alcanzado el nivel de 2018.

 

“El escenario que se percibe hacia adelante es complejo. Entre otros, por la debilidad de la inversión, la presión inflacionaria y el crecimiento de los Estados Unidos”, afirmó un análisis del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

 

Los analistas del organismo consideran que las posibilidades de un mejor desempeño de la economía en beneficio de todos se reducen.

Afirman que el reporte preliminar del segundo trimestre  y de toda la primera mitad del año “ha sido un buen resultado y puede mejorar las expectativas hacia adelante. Sin embargo, no necesariamente implica que la economía haya entrado en un proceso de franca recuperación, sobre todo ante el complejo escenario que se percibe para la segunda mitad del año”.

 

 

En el CEESP consideran que a pesar de que hay algunas señales que sugieren una paulatina mejora de la actividad económica, “el escenario que se percibe hacia adelante es complejo y puede impedir avances significativos subsecuentes en lo que resta del año. Varios factores apuntan en esa dirección”.

 

Uno es la debilidad de la inversión, que es una limitante para el crecimiento. Y, a su vez, dicha debilidad resulta de problemas para los que no se avizora una solución en el corto plazo, como la incertidumbre, la deficiencia del estado de derecho y falta de apego a las reglas, impunidad, inseguridad, y obstáculos regulatorios.

 

Agregaron que para que la inversión crezca por arriba del 4%, la inversión en el país tendría que equivaler por lo menos a 25% del PIB. Sin embargo, la inversión total está lejos; alcanza solo 18.1% (al primer trimestre de este año).

 


Las posibilidades de una recuperación económica se reducen.

 

El segundo factor es la presión inflacionaria, que es probable se mantenga elevada y converja a la meta de 3.0% en el primer trimestre de 2024. La inflación  “causa mayor incertidumbre, añadiendo al desánimo de la inversión, y afecta negativamente al consumo de los hogares. Ambos son obstáculos para la reactivación de la economía”.

 

Bajo este escenario los analistas del CEESP anticipan que la política monetaria sea restrictiva hasta entonces, lo que significa que las tasas de interés de referencia se mantengan a la alza y no descartan que puedan superar niveles de 10%. “Las mayores tasas de interés resultantes son también impedimentos para la recuperación de la economía”.

 

El crecimiento de los Estados Unidos es un tercer elemento restrictivo para la economía nacional, donde el desempeño en el segundo trimestre (cayó 0.9% a tasa anualizada) fue decepcionante, toda vez que el crecimiento del PIB en Estados Unidos es un determinante importante de la actividad económica en México.

 

Los analistas del CEESP consideran que “sin aumentos significativos del PIB en el segundo semestre, pero igualmente sin disminuciones, la economía crecería alrededor de 2% en el año, cifra moderadamente superior a la expresada por los analistas económicos en (1.77% en promedio), pero un avance cercano a la estimación vigente del gobierno (3.4%) es prácticamente imposible”.

 

 

Como conclusión, los analistas señalaron que las posibilidades de un mejor desempeño de la economía en beneficio de todos se reducen y continuarán en esa tendencia.