El agua se ha convertido en los últimos 10 años en uno de los principales retos a nivel global, no solamente para el consumo humano, sino también como parte fundamental para el desarrollo económico, ante esto, la Facultad de Ingeniería de la UNAM llevó a cabo el foro “El agua como factor crítico para el Modelo de Desarrollo en México”.
Durante la presentación “Perspectivas del Agua en México”, Eduardo Vázquez, director ejecutivo de Agua Capital, mencionó que el promedio de consumo personal del vital líquido de los más de 126 millones de mexicanos es de 3,982 m3 anuales, mientras que en el sur-sureste es de 11,768 m3, contra 1,650 m3 del centro-norte. Relacionándolo con la parte económica, el norte produce el 63% del PIB nacional, contra el 17% del sur-sureste.
Con respecto a la distribución de la población y las necesidades de acceso al agua, el 79% vive en ciudades, básicamente en 74 urbes donde habita el 62.7% de las personas. Los habitantes rurales representan el 21% restante y se encuentra dispersa en más de 185 mil localidades de al menos 2,500 residentes, lo que implica una alta complejidad para el desarrollo de infraestructura hidráulica.
De dónde sale el agua
Del agua consumida por los mexicanos, el 61% proviene de ríos, arroyos y lagos, y el 39% de mantos acuíferos. De ahí, el 76% se emplea en el sector agrícola (en la agricultura de riego se pierde el 50%); el 15% para el abastecimiento público-urbano (del cual, el 40% se pierde en fugas); 5% para la industria y los servicios, y el 4% para la generación de energía.
Y en cuanto a los retos estructurales está la intensificación del cambio climático, reducción sostenida de la inversión, falta de mantenimiento y reposición de infraestructura, aumento del estrés hídrico y aumento de ocupación habitacional en zonas naturales que abastecen de aguas los mantos freáticos.
Los esfuerzos no reditúan
Actualmente se tienen instaladas más de 2,500 plantas de tratamiento de aguas residuales, sin embargo, solo el 50% del volumen recolectado en el alcantarillado recibe tratamiento, 60% de los cuerpos de agua presenta algún grado de contaminación y el 40% se desperdicia en fugas.
Por lo anterior, de los 653 mantos acuíferos, 157 presentan una situación de sobreexplotación, siendo que el 50% del volumen del agua subterránea que se utiliza proviene de acuíferos sobreexplotados.
Como consecuencia del cambio climático, 106 municipios tienen alta vulnerabilidad a la sequía y en varios estados esta situación se está volviendo una constante anual, provocando desertificación, olas de calor, pérdida de ecosistemas, disminución de humedales y menor recarga de acuíferos.
Siete de las 13 regiones hidrológico-administrativas que cubren el 71% de México, tienen un grado de presión alto o muy alto (mayor al 40%), siendo la región del Valle de México la que sufre el mayor grado de estrés hídrico del país.
Antes de compartir los requerimientos para mejorar el acceso al vital líquido, Eduardo Vázquez aseveró: “necesitamos que el agua en México no sea fuente de conflicto y discordia. Sea el eje de bienestar y de desarrollo incluyente y sustentable”.
Qué se requiere para la seguridad hídrica
▪ Mantener y rehabilitar la infraestructura existente.
▪ Construir nueva infraestructura.
▪ Promover la tecnificación del riego.
▪ Garantizar el Derecho Humano al Agua.
▪ Readecuar las tarifas para hacer sostenibles los servicios.
▪ Promover la inversión en los tres órdenes de gobierno.
▪ Revertir la sobreexplotación de cuencas y acuíferos.
▪ Empatar el desarrollo urbano y el ordenamiento territorial con la gestión del agua.
▪ Robustecer la autoridad del agua y las instituciones del sector.
▪ Expedir la Ley General de Aguas, reglamentaria del derecho humano al agua y saneamiento.
▪ Eficientar los mecanismos de conciliación y arbitraje para solucionar conflictos sociohídricos.
▪ Establecer un Sistema Nacional del Servicio Profesional de Carrera del sector hídrico.
▪ Fortalecer la vinculación entre la academia, el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil.