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Organizaciones priorizan la reindustrialización sobre ganancias a corto plazo para fortalecer cadenas de suministro y reducir riesgos geopolíticos.

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Las principales organizaciones de Estados Unidos y Europa están reconfigurando sus estrategias industriales para responder a un entorno global cada vez más volátil. Más de la mitad de las organizaciones ya han apostado por el nearshoring o reshoring durante el último año, y el 35% planea intensificar estas inversiones en 2025.

Según el nuevo informe del Instituto de Investigación de Capgemini, “El resurgimiento de la industria manufacturera: Estrategias de reindustrialización en Europa y Estados Unidos – 2025”, la reindustrialización se posiciona como una prioridad, incluso por encima de la rentabilidad a corto plazo.

 

Las inversiones acumuladas dentro y fuera de los mercados nacionales podrían alcanzar los 4.7 billones de dólares en los próximos tres años, un aumento significativo frente a los 3.4 billones estimados para 2024.

 

Lo anterior, porque las empresas buscan mitigar el impacto de los aranceles crecientes, las tensiones comerciales y los cuellos de botella en las cadenas de suministro.

 

 

El estudio, basado en encuestas realizadas en enero de 2025, revela que dos tercios de las organizaciones ya tienen en marcha una estrategia de reindustrialización, frente al 59% en 2024. El 95% de los ejecutivos señala la presión sobre las cadenas de suministro como principal motivo, seguido por el deseo de acercarse a los clientes (92%) y el aumento de los aranceles (93 por ciento).

También el informe destaca el rol de las tecnologías avanzadas. El 62% de las organizaciones ya están modernizando sus plantas con soluciones inteligentes, y más del 80% planea seguir invirtiendo en IA, machine learning, gemelos digitales y otras herramientas para reducir costos y aumentar la eficiencia.

 

En términos geográficos, las nuevas inversiones se están orientando hacia Norteamérica, Reino Unido, México, Vietnam, India y el norte de África, con el objetivo de reducir la dependencia de China, algo que ya contempla el 82% de las organizaciones consultadas.