Durante el primer semestre de 2025, México ha experimentado un giro significativo en su dinámica exportadora hacia Estados Unidos. Tradicionalmente dominada por la industria automotriz.
Este cambio responde, en buena medida, a los efectos de los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump sobre los automóviles, que actualmente enfrentan un arancel cobrado promedio de 16.05 por ciento. Esta medida ha provocado una caída del 6.29% en las exportaciones automotrices durante el primer semestre. En contraste, el equipo de cómputo —que ha enfrentado apenas un arancel cobrado promedio de 0.15%— duplicó su valor exportado, con un repunte de 108 por ciento.
Siller destacó que, aunque en enero de este año el 90.26% de los productos mexicanos ingresaban a Estados Unidos libres de arancel, actualmente la cifra se redujo ligeramente a 83 por ciento. Sin embargo, solo el 47% de las exportaciones mexicanas están cubiertas formalmente bajo el T-MEC, lo que implica un riesgo latente si los aranceles comienzan a aplicarse estrictamente.
Destacó que aquí hay una nueva oportunidad de nearshoring para México, pero no necesariamente estamos preparados para capitalizarlo.
La reconfiguración del comercio bilateral, si bien representa un desafío para sectores tradicionales como el automotriz, también deja ver nuevas ventanas de oportunidad que podrían detonar una etapa de inversión y desarrollo tecnológico en el país.
Hay una nueva oportunidad en México para el nearshoring, pero ya no es en la industria automotriz, ahora es en los equipos de cómputo, concluyó Siller.