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El Indicador Mensual de Consumo Privado en el Mercado Interior reportó en mayo una contracción mensual de -1.0%, con cifras ajustadas por estacionalidad, revirtiendo el crecimiento de abril, para ser la tercera contracción de los cinco primeros meses del año reportados.

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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el consumo de bienes y servicios de origen nacional fue el que propició el retroceso, con una caída de 1.3% mensual, la mayor desde abril de 2024, siendo los de origen nacional los que experimentaron el mayor ajuste a un ritmo del -2.4% mensual, también siendo la mayor caída desde abril de 2024. En contraste, el consumo de bienes importados avanzó 0.3% mensual.

 

Con cifras originales, el acumulado enero-mayo reportó una caída de -1.1% del consumo privado, determinado por una contracción de -7.6% del consumo de bienes y servicios importados, en tanto el nacional avanzó 0.5% en dicho periodo.

 

Un análisis de Banco Base indicó que “es importante mencionar que el consumo solo ha caído en el acumulado de los primeros cinco meses en los años 1995, 2009, y 2020. En todos estos períodos, la economía se encontraba en recesión de acuerdo con el Comité de Fechado de Ciclos de la Economía Mexicana. Esto es relevante, pues el consumo es la partida más importante del PIB de México”.

 

 

Al respecto, los analistas de Banorte indicaron que se observó una moderación del consumo a pesar de buenos resultados en indicadores relacionados. Puntualizaron que el resultado general fue un tanto sorprendente ya que las ventas reportadas por la ANTAD y por la campaña de descuentos Hot Sale dieron señales positivas.

 

“Esperamos que la demanda doméstica siga creciendo, con resiliencia en el consumo, pero con la inversión más mixta. Mantenemos nuestra visión de un crecimiento un tanto limitado para la demanda doméstica en lo que resta del año, lo cual no es tan negativo considerando el entorno de incertidumbre comercial que prevalece, el cual sí ha tenido un impacto en la inversión”.

 

Un riesgo que observan para el consumo “podría venir de las nuevas políticas de importación de minimis (mercancías de bajo valor importadas a través de servicios de paquetería por los consumidores). A inicios de año ya se habían establecido estos impuestos, pero el 29 de julio se anunció que la tasa arancelaria aumentaría de 19% a 33.5% a partir del 15 de agosto a las mercancías provenientes de países con los que no contamos con un tratado comercial –principalmente desde China. Por su parte, las importaciones del mismo tipo desde EE.UU. y Canadá tendrán un impuesto de 17% cuando el valor se ubique entre US$50 y US$117 y de 19% para un valor mayor a US$117. Esta política forma parte de los esfuerzos del gobierno federal por aumentar el consumo de bienes producidos en territorio nacional. Sin embargo, estaremos muy pendientes de los efectos en la categoría de bienes importados hacia delante”.

Prevén un comportamiento mixto hacia delante “ante la persistencia de riesgos externos, pero con impulso de algunos factores domésticos. El consumo será más resiliente. Prevemos un desempeño mixto para los fundamentales, específicamente por cierto enfriamiento en el mercado laboral, así como otras posibles disrupciones arancelarias, que podrían afectar la confianza de los hogares”.