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Especialistas difieren por potenciales riesgos, el aumento en el nivel de ruido en diversos lugares de la CDMX y consumo de combustible, entre otros aspectos.

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Después de tres años de la planeación del rediseño del espacio aéreo para el Sistema Aeroportuario Metropolitano, en el Valle de México, en marzo entró en marcha la primera fase que contempla las operaciones de los aeropuertos internacionales de la Ciudad de México (AICM) y Toluca (AIT).

La segunda fase entrará en operación con la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), en marzo de 2022, aseguró la  Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT); en ambos casos, el rediseño considera el uso de la navegación basada en el performance (PBN).

Es decir, que esta tecnología incrementa la precisión de la señal debido al uso de satélites, para distribuir de forma más eficiente los flujos de las aeronaves, como si fuesen avenidas. En este sentido, la SCT afirmó que entre los beneficios del rediseño está la reducción de hasta 16% del tiempo de vuelo de los aviones.

Además de tiempos predecibles y mayor eficiencia en rutas de llegada y salida en cada aeropuerto; reducción de las demoras operacionales, que se traducen en un aumento de la capacidad del espacio aéreo; y reducción en el consumo de combustible y emisión de gases contaminantes; y reducción en las interacciones y carga de trabajo para pilotos y controladores de tránsito aéreo.

La SCT también afirmó que el nuevo diseño del espacio aéreo está avalado, entre otros entes, por la empresa francesa NavBlue, la Agencia Europea de Seguridad, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), órganos colegiados y aerolíneas nacionales.

Mientras que “la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) otorgó la certificación correspondiente a la primera fase de los procedimientos de vuelo de las aeronaves y el rediseño del espacio aéreo, tomando como base la normatividad de la OACI”.

Quizá el beneficio más notorio es que se considera un incremento de 1,600 vuelos diarios por arriba de los 1,000 que hoy tiene el AICM, de tal forma que serían 1,300 vuelos en la Ciudad de México, con capacidad para 50 millones de pasajeros; y 1,300 en el AIFA, cuya capacidad para 60 millones se ampliaría.

Sin embargo, especialistas como la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) mencionaron que aunque el inicio de la primera fase del rediseño del espacio es buena noticia, señalaron que apenas es parte de un trabajo que llevará varios años, hasta que el sistema aéreo mexicano esté alineado y coordinado.

“Ya estamos con una implementación y está funcionando. Tenemos que ver ahora los beneficios que nos va a traer tanto a nivel eficiencias, menos consumo de combustible, de dióxido de carbono. Estamos contentos, fue un desarrollo complejo porque el espacio aéreo de México es una zona muy complicada a nivel transporte aéreo y se ha hecho de una manera muy responsable”, afirmó.

Pero la opinión del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta) es distinta, pues refirió que el rediseño aumenta el riesgo de incidentes en los vuelos hacia la Ciudad de México y que las personas son afectadas por la contaminación auditiva debido al incremento del ruido por las nuevas rutas de aterrizaje en el AICM.

Añadió que en hace unos días dos aviones estuvieron a punto de chocar al viajar en direcciones encontradas a la misma altitud, así mismo, que detectaron riesgos debido al mal manejo de los procedimientos que obligan a los controladores a realizar ‘diferentes maniobras’.

Ante esta situación, la  SCT rechazó de manera categórica la existencia de un posible incidente como resultado del nuevo rediseño de la aeronavegabilidad establecida por Seneam: “No existe al momento ningún caso o reporte oficial sobre una supuesta colisión en el espacio aéreo de la Ciudad de México en días recientes”.

Agregó que ni Seneam ni la AFAC recibieron informe sobre un posible choque de aeronaves o incidente de esa magnitud en el Valle de México, por parte de pilotos o compañía aérea alguna, “tampoco se cuenta con reporte de ningún incidente grave que vincule el supuesto acontecimiento con rediseño del espacio aéreo”.

En este sentido, especialistas del sector aeronáutico indicaron con el rediseñar, los aviones disponen de diferentes altitudes y trazos de aproximación y su ruta de acercamiento al AICM es más abierta, lo que implica mayor consumo de combustible.

 

Crédito: Caminos del aire. 

A esto, hay que sumar el aumento de la contaminación auditiva; el Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM) dijo a MVS Noticias que “esta tecnología de diseño sí controla el ruido, le da una mayor exactitud, (pero) definitivamente sí hay un aumento del ruido en el sur-poniente de la ciudad, aunque pasen más altos por la parte de la hidrografía, se escucha más”.

Según un análisis del ingeniero civil y consultor de transporte Pablo Ortíz Haro Barrera, publicado en ArchDaily, a través de una comparación de la ruta de 30 vuelos comerciales que se aproximaron al AICM con el diseño anterior y 30 vuelos con el rediseño del espacio aéreo actual, el impacto de la contaminación acústica en la capital aumentó un 180% para los sonidos de una intensidad entre 61 y 64 decibeles.

Ante estas controversias, Carlos Alfonso Morán Moguel, subsecretario de Transportes de la SCT, afirmó que contar con tiempos predecibles y mayor eficiencia en rutas de llegada y salida en cada aeropuerto, reducir el tiempo de vuelo  de las aeronaves que operen en el espacio aéreo y del consumo de combustible y emisión de gases contaminantes destacan entre los beneficios del nuevo modelo del espacio aéreo metropolitano.

En conferencia de prensa, el funcionario informó que dicha acción ha permitido la producción de más de 500 nuevas cartas en la Publicación de Información Aeronáutica (AIP) de México, más de 50 nuevas rutas aéreas y la capacitación especializada de más de 150 controladores aéreos en el nuevo espacio aéreo.

Y subrayó que “no hemos tenido ningún evento de contingencia desde el inicio de operaciones en Semana Santa en que incrementaron de manera importante el número de operaciones aéreas”. Y que en el arranque del rediseño el 25 de marzo, los controladores del espacio aéreo están capacitados y que las propias aerolíneas solicitaron en su momento mayor tiempo para iniciar el rediseño.

También explicó que  utilizar la tecnología más avanzada permite reducir riesgos para un buen sistema aeroportuario y que la anterior forma de operar traía riesgos, demoras, contaminación y consumo de combustible.

“Ahora contamos con tecnología satelital para posicionar a los aviones, e incluso sustituir radares para ubicar acertadamente la posición en beneficio de los pilotos que pueden identificar aparatos en curso o en acercamiento. Y esto minimiza las posibilidades de vivir alguna contingencia”.

Por su parte, Víctor Manuel Hernández Sandoval, director general de Seneam, dijo que con trayectorias más precisas se puede saber dónde está cada aeronave, con mayor altura en el terreno que implica menor consumo de combustible y menor ruido, proyecto que se presentará próximamente pues está en proceso de culminación.

Y reconoció que la aviación se recupera paulatinamente y el rediseño permitirá atender este crecimiento, ejemplificó que hoy en día en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México hay 800 operaciones y se prevé un aumento.

Hasta el martes pasado, los jueces Octavo, Décimo Tercero y Décimo Quinto de Distrito en el Estado de México, habían ordenado tres suspensiones provisionales del rediseño del espacio aéreo en el Valle de México, al considerar que afecta el derecho a un medio ambiente sano, por lo que la SCT deberá frenar, por el momento, la ejecución del rediseño y utilizar las rutas establecidas anteriormente. Mientras que la dependencia no ha dado más información.