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México se encuentra en una etapa de transformación en su manera de concebir y ejecutar la construcción. El cambio no solo es técnico o normativo, sino también cultural. Aunque todavía existe cierta confusión sobre lo que implica la “construcción sostenible”, el país ha comenzado a despertar con urgencia y compromiso ante los retos ambientales, sociales y urbanos que enfrenta.

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Así lo confirma la tercera edición del Barómetro de la Construcción Sostenible 2025, elaborado por Saint-Gobain, líder mundial en soluciones ligeras y sostenibles para la edificación. El estudio, que recaba opiniones de expertos del sector y de la ciudadanía en 24 países, revela que en México el conocimiento sobre construcción sostenible es inferior al promedio global. Sin embargo, hay una fuerte conciencia sobre la necesidad de actuar de inmediato.

Baja familiaridad, alta conciencia

 

Destaca el informe que solo el 57% de los profesionales del sector y el 37% de la ciudadanía mexicana dicen estar familiarizados con el concepto de construcción sostenible, cifras por debajo del promedio global de 67% y 38%, respectivamente. No obstante, cuando se les pregunta por la urgencia de actuar, los mexicanos muestran un mayor compromiso que otros países.

 

En México, el 81% de los expertos y el 74% de los ciudadanos coinciden en que se debe implementar ya una forma más sostenible de construir. Estos niveles superan al promedio global, donde el 69% de los profesionales y el 60% del público general consideran prioritaria la acción.

La sostenibilidad, señala el Barómetro, ya no se entiende únicamente como un tema ambiental. Hoy abarca también la salud, la calidad de vida, la eficiencia energética, la resiliencia urbana y la seguridad, tanto de los edificios como de quienes los habitan. En este nuevo enfoque, la sostenibilidad se convierte en un eje transversal que atraviesa todos los aspectos de la vida urbana.

 

 

Un cambio profundo, más allá de los materiales

 

La transformación hacia un modelo de construcción sostenible no implica únicamente sustituir materiales tradicionales por otros más ligeros o “verdes”. El documento subraya que se requiere una revisión estructural de todo el ciclo de vida del proyecto, desde el diseño hasta la operación, incluyendo el uso eficiente de recursos, la gestión de residuos, el impacto social de la obra y la resiliencia ante fenómenos climáticos.

 

Uno de los retos identificados es la necesidad de mayor colaboración multisectorial. Para que este cambio se acelere, es fundamental la participación coordinada de empresas privadas, gobiernos, profesionales del sector y ciudadanía. En el caso de México, más de la mitad de los encuestados considera que el liderazgo en esta transformación debe estar en manos del sector privado.

México, bajo la lupa de América Latina

También, el Barómetro de la Construcción Sostenible 2025 destaca que la experiencia mexicana está comenzando a llamar la atención en otros países de América Latina, lo que representa una oportunidad para posicionarse como referente regional si se mantiene el impulso actual. La combinación entre demanda ciudadana, apertura del sector y participación activa de empresas podría poner a México en el mapa como líder en construcción sostenible en los próximos años.

 

El documento hace un llamado a sostener y acelerar esta transformación. Aunque los avances son visibles, aún hay un largo camino por recorrer para cerrar la brecha entre la conciencia de la necesidad de cambiar y la implementación efectiva de nuevas prácticas y tecnologías en el sector.

 

México aún enfrenta desafíos importantes en materia de conocimiento y adopción de la construcción sostenible. Sin embargo, el alto nivel de conciencia sobre la urgencia de actuar, tanto en la industria como en la sociedad, marca un punto de inflexión. El país tiene la oportunidad no solo de transformar su forma de construir, sino de inspirar a toda una región a hacerlo también.