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El mercado corporativo pasó de buscar financiamiento a través de Fibras a un escenario de flexibilización para enfrentar la aguda contracción.

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La crisis por el COVID-19 provocó una redefinición en el espacio de oficinas a corto plazo. Paralelo la adopción de nuevas tecnologías que facilitan trabajos coordinados en equipos, hay un pressing para que los cuadros directivos y operativos reformulen labores y el espacio físico.

Cada empresa analiza ventajas y desventajas para trabajar a distancia, bajo un escenario de incertidumbre al menos en el mediano plazo, para garantizar salud en colaboradores y sin sacrificar la productividad.

El segmento inmobiliario corporativo de la Ciudad de México transitó de los mecanismos de inversión a través de los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras) o los Certificados de Capital de Desarrollo (CKD), a  flexibilidad en los contratos para arrendamiento, moneda, adecuación de espacios, serán elementos que jugaran a favor y que en el corto plazo puede surgir efecto positivo para que la demanda repunte.

Contracción generalizada

Pero en agosto 2020, las condiciones son muy distintas. Ahora hay un escenario de lenta reapertura programada. Esto generó el retorno de una parte de la fuerza laboral en un marco de contracción económica del Producto Interno Bruto que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) fue de 18.7% durante el segundo trimestre del 2020.

“Debido a la propagación de la pandemia del COVID-19, hizo que el segundo trimestre de este año (2T20) la contracción de la demanda fuera del 42%, debido a los ajustes que hicieron las empresas y en la que muchas de éstas recortaron espacio arrendado, o incluso, hará que otras desocuparán totalmente su espacio corporativo”, destacó la plataforma inmobiliaria Solili.

De enero a agosto 2020 la contracción del 32% contiene la abrupta disminución del mes de agosto que en parte obedece a la habitual desaceleración de actividades del periodo vacacional y por la incertidumbre de revertir la curva de contagios.

Caída y renegociación

Otro dato a destacar es que la cantidad de espacios que se desocuparon superó en 57% al mismo período del año anterior. Ahora, los proyectos en proceso de construcción de oficinas en CDMX superan el millón de metros cuadrados, y siguen su curso aunque en la gran mayoría de los casos han extendido los plazos de entrega buscando adaptar tecnologías de comunicación e instalaciones con mayor movilización.

“Los inventarios corporativos Clase A bien posicionados en localización y características premium, cuentan con mayores ventajas a la hora de negociar con inquilinos multinacionales que tienen mayores recursos para enfrentar la crisis”, agregó la firma.

Otros s mercados inmobiliarios corporativos como Monterrey, Guadalajara, Querétaro y Puebla mantienen un comportamiento similar al de CDMX, pero la presencia de nuevas empresas y manufacturas que se vienen de China y otros países asiáticos hacia México podrán dar impulso a los mercados corporativos, al menos, en los siguientes tres años.