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Cuando el precio de la vivienda se eleva, existen otras alternativas más rentables para los inversionistas.

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En España, en mayo de 2022 el precio medio de la vivienda nueva y usada aumentó 8.4% respecto al mismo mes del año anterior, según datos de la tasadora Tinsa. A su vez, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó que el precio de la vivienda libre en el primer trimestre del año se incrementó 8.5% en relación con el mismo periodo de 2021.

Aunque los precios han subido 31% desde febrero de 2015 luego de la crisis financiera, todavía están 21.9% por debajo de los niveles máximos que alcanzaron en 2007. Por lo que expertos descartan que España se encuentre ante una nueva burbuja inmobiliaria.

 

Los españoles son muy conservadores a la hora de gestionar su dinero y tienen cierta preferencia por el ladrillo, por lo que la vivienda es un activo interesante para ellos a la hora de obtener ganancias mediante el alquiler.

 

Y aunque la compra directa de vivienda es la principal vía de entrada de los consumidores españoles al mercado inmobiliario, al requerir un importe alto de inversión, limita su alcance.

Formas de invertir en el mercado inmobiliario

Pero existen otras opciones más rentables para invertir en este sector, como por ejemplo las empresas inmobiliarias o socimis (sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria).

 

Se efectúa mediante la compra de acciones de compañías inmobiliarias, es decir, se invierte en empresas de dicho sector que cotizan en Bolsa.

 

La inversión en socimis es la adaptación de los Real Estate Investment Trust (REIT) al mercado español. Estas empresas cuentan con una cartera de inmuebles y obtienen ingresos del alquiler de esos edificios.

Existen los Fondos de inversión del sector inmobiliario, como los que se pueden encontrar en el escaparate de Finect. Su ventaja es la diversificación que evita que el usuario se exponga a un único mercado y disminuye sus riesgos. Estos fondos inmobiliarios se dividen en dos: los que invierten en inmuebles de forma directa y los que apuestan por compañías que desarrollan su actividad en este sector.

 

 

O la opción más novedosa, el crowdfunding inmobiliario, una fórmula de inversión que cada vez cuenta con más seguidores. Consiste en que varios ahorradores se juntan para comprar una propiedad inmobiliaria o financiar la ejecución de una promoción. Una vez hechas las aportaciones, los inversionistas se convierten en copropietarios de la casa o del edificio y se benefician de las rentas generadas por el alquiler o la venta del mismo, en función de la aportación que haya realizado cada uno.

Con información de 20minutos.es