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Invertir en una propiedad nueva o premium asegura un patrimonio tangible, con plusvalía y capacidad de generar ingresos, que se convierte en un legado estratégico para las próximas generaciones.

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Comprar una propiedad no solo significa tener un lugar para vivir, también puede convertirse en una de las decisiones financieras más importantes para asegurar el futuro familiar. Invertir en un inmueble nuevo o de categoría premium representa un patrimonio tangible que, con el tiempo, gana valor y se consolida como un legado estratégico para las próximas generaciones.

 

De acuerdo con expertos del sector, la plusvalía en zonas de alta demanda de la Ciudad de México puede multiplicar el valor de una propiedad hasta 10 veces en 30 años. Esto convierte a la vivienda no solo en un hogar, sino en un activo capaz de generar ingresos, protegerse frente a la inflación y mantenerse vigente como herencia.

 

“Invertir en una propiedad nueva o premium no solo asegura un patrimonio tangible, sino que se convierte en un legado estratégico para las próximas generaciones. La clave está en combinar ubicación, plusvalía y planificación legal”, explica Gabriela Serrano, Project Manager de Up Santa Fe y Agwa Bosques en Desarrolladora Del Parque.

5 consejos para convertir tu propiedad en un activo patrimonial seguro

Serrano comparte 5 claves para maximizar el valor y el crecimiento patrimonial de este tipo de inversiones a través de los años:

  1. Define la titularidad con claridad. Formaliza la propiedad a tu nombre, contempla los impuestos de sucesión y asesórate con notarios o abogados para que la transmisión a tus herederos sea segura y sin conflictos.
  2. Elige ubicaciones con plusvalía comprobada. Prioriza zonas con conectividad, servicios de calidad, infraestructura sólida y alta demanda residencial. Esto garantiza que el valor de tu inmueble aumente con el tiempo.

 

 

  1. Proyecta el valor a largo plazo. Haz cálculos realistas de crecimiento a 20 o 30 años, considerando inflación y tendencias de mercado. Esto te permitirá dimensionar el verdadero potencial de tu inversión.
  2. Genera ingresos pasivos. Si no habitas la propiedad, evalúa rentarla de manera tradicional, en esquemas de lujo o incluso como alojamiento vacacional. Así, el inmueble se convierte en fuente de flujo constante de efectivo.
  3. Mantén y moderniza tu vivienda. Realiza mejoras periódicas para evitar la depreciación y conserva la competitividad del inmueble en el mercado. Esto refuerza la plusvalía y lo hace atractivo para futuras generaciones.

 

En un contexto donde solo 23% de los capitalinos tiene testamento, según la Encuesta de Servicios Notariales del Colegio de Notarios de la CDMX, integrar un inmueble en una estrategia patrimonial resulta fundamental. No se trata solo de dejar un bien inmueble, sino de heredar seguridad, ingresos y oportunidades.

 

Invertir en propiedades con visión a largo plazo es sembrar un patrimonio que trasciende, garantizando que el esfuerzo de hoy se convierta en un legado sólido para mañana.