En un contexto donde los costos de electricidad representan una parte significativa del gasto operativo en los hoteles, cada vez más establecimientos turísticos están apostando por soluciones energéticas integrales para reducir su consumo, ahorrar recursos y avanzar hacia un modelo más sustentable.
No solo ayudan estas tecnologías a disminuir el gasto, sino también a reducir la huella de carbono. Un hotel mediano puede evitar la emisión de más de 250 toneladas de dióxido de carbono al año al integrar ambas soluciones, contribuyendo así a los objetivos de sostenibilidad que promueve la ONU para el turismo global.
“El uso combinado de energía solar y baterías permite que los hoteles generen su propia electricidad durante el día y almacenen el excedente para usarlo en la noche o durante apagones. Esto ofrece una operación más estable, menos vulnerable y con menores emisiones”, explicó Oscar García, directivo de Energía Real, firma especializada en energía limpia.
Además de los beneficios económicos y ambientales, las soluciones de almacenamiento permiten una respuesta inmediata —en menos de 200 milisegundos— ante cortes de energía, evitando interrupciones en el servicio que puedan afectar la experiencia del huésped.
También el contexto es favorable: Solo en los dos primeros meses de 2025, México recibió 7.7 millones de turistas internacionales, 8.2% más que el año anterior. Esta creciente demanda hace urgente la transición hacia esquemas energéticos más confiables y sostenibles que garanticen un suministro continuo en hoteles y centros de hospedaje.
A nivel global, la tendencia también es clara: La energía solar y eólica representaron el 96.6% de las nuevas capacidades renovables instaladas en 2024, según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).