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Los patrones de consumo se normalizaron, pero el fuerte repunte  de contagios podría afectar la recuperación.

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Durante el primer semestre de 2021 las ventas al menudeo experimentaron un crecimiento promedio de 11.02% respecto al mismo periodo del año pasado, impulsadas por un sesgo positivo toda vez que en el segundo trimestre del año pasado fue el inicio de la pandemia y la economía permaneció parcialmente cerrada, aunque no los autoservicios y otros servicios esenciales.

Comparativamente, se ha logado recuperar la contracción del mismo periodo del año pasado, toda vez que de enero a junio del 2020 las ventas al menudeo cayeron -10.53% en términos anuales, de acuerdo con información del Instituto nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El reporte de junio, en particular, arrojó un incremento de 17.7% respecto al mismo mes del año anterior, pero respecto a mayo observó una contracción mensual de -0.6 por ciento.

Analistas de Banorte reportaron que al interior, el desempeño fue mixto, con cinco de los nueve sectores a la baja. Hubo fuertes caídas en supermercados y tiendas departamentales (-1.1%), artículos para la salud (-1.2%) y ferreterías (-0.9%). Por el contrario, las ventas por internet subieron 7.4%, posiblemente ayudadas por el Prime Day de Amazon y otras promociones.

Aunque durante el sexto mes las condiciones epidemiológicas fueron en su mayoría favorables, hubo algunas restricciones hacia el cierre del periodo.

“Creemos que el riesgo más importante para el panorama es el fuerte repunte en casos de COVID-19, aunque con algunas particularidades. En específico, el comportamiento de los consumidores podría volverse más cauteloso por esto, lo que a su vez tiene el potencial de dañar el dinamismo”.

Agregaron que este efecto podría ser moderado y que lo más relevante es que los datos oportunos de diversas variables como ventas de autos y las ventas de la ANTAD dan señales de debilitamiento de las ventas al menudeo; sin embargo, reconocen estar “cautelosos de sobre interpretar estos resultados ya que ambos están muy distorsionados, el primero por las restricciones de oferta y las segundas dada la salida de varios miembros de la asociación”.

“Esperamos que el consumo se mantenga resiliente a pesar de mayor incertidumbre por el rebote de casos de COVID-19 y otros riesgos de corto plazo, sobre todo por la recuperación de los fundamentales”.

En Monex consideran que “la publicación de las estadísticas de las ventas al por menor fortalece la perspectiva de que fue la reapertura generalizada de los servicios, sobre todo de los vinculados al turismo y al esparcimiento, lo que posibilitó el crecimiento dinámico de la economía en el segundo trimestre. Para el resto del año la incertidumbre sigue siendo elevada, pero esperamos que la fortaleza en indicadores clave para el consumo como las remesas o la tasa de desempleo ayuden a que las ventas minoristas rebasen su nivel prepandemia durante la última parte del año”.

En BX+ sus analistas consideran que los patrones de consumo se normalizan con la reapertura; sin embargo, anticipan que la recuperación del consumo privado se retrasaría ante el repunte en los contagios. “Aunque las autoridades sanitarias no dicten nuevos confinamientos, las personas pueden alterar su patrones de movilidad y gasto, ante el temor al contagio. Además, el deterioro en las expectativas que ello conlleva podría debilitar al mercado laboral. Por último, la alta inflación seguirá erosionando el poder adquisitivo”.