Así lo destacó Ari B. Saks, associate partner de Impuestos y coordinador de los Servicios de Inversión en Nearshoring para EY México, al afirmar que el país tiene una nueva oportunidad para consolidarse como un hub estratégico de manufactura y servicios.
En este contexto, identificó a los sectores mejor posicionados para capitalizar las inversiones derivadas del nearshoring:
- Manufactura avanzada, en particular los sectores automotriz, autopartes, aeroespacial, eléctrico-electrónico y dispositivos médicos.
- El sector logístico y de distribución, fundamental para el manejo de cadenas de suministro más ágiles y regionalizadas.
- En el ámbito de los servicios, se destacan los centros de investigación y desarrollo y los centros globales de servicios compartidos.
Además, subsectores industriales como el estampado, maquinado, troquelado y la inyección de plásticos serán altamente beneficiados, ya que forman parte de los procesos esenciales en cadenas de producción internacionales que buscan relocalizar operaciones en México.
Por ello, recomendó a las empresas tomar decisiones informadas y proactivas, que incluyan:
- Análisis geoestratégico y de riesgo geopolítico, para anticipar cambios regulatorios y comerciales.
- Evaluación de impacto arancelario y de manejo de efectivo, mediante un análisis profundo de los flujos financieros y físicos.
- Revisión de estrategias de comercio exterior, para asegurar cumplimiento con reglas de origen y aprovechar beneficios del T-MEC y otros tratados.
- Consolidación de estrategias de mitigación de riesgos aduaneros y fiscales, enfocadas en comprender la complejidad normativa y evitar disrupciones en el suministro.
La clave, concluyó, está en actuar con calma, pero sin pasividad: Anticiparse, adaptarse y aprovechar las fortalezas locales para integrarse en un entorno global cambiante.