Ante el impacto de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos, los empresarios mexicanos están tomando decisiones estratégicas para proteger sus operaciones y aprovechar el entorno de relocalización de inversiones (nearshoring).
De acuerdo con el más reciente estudio de EY-Parthenon, el 84% de los directores generales en México está preocupado por el efecto que estos gravámenes podrían tener en sus ventas y cadenas de suministro en los próximos meses. El contexto es complejo: Tensiones comerciales con EE.UU., Canadá y China, además de una geopolítica global cada vez más incierta.
Además, se están aplicando otras estrategias clave:
- 40% de los líderes empresariales están optimizando sus operaciones internas para absorber costos adicionales sin afectar precios.
- 26% ha trasladado parte del impacto al consumidor, ajustando precios estratégicamente.
- Otro 26% está apostando por insumos y proveedores locales, para reducir la dependencia de importaciones sujetas a aranceles.
- Y 24% ha diversificado su cadena de suministro, moviendo producción a países o regiones sin restricciones comerciales.
Bajo este escenario, el panorama global ya no permite depender de un solo país o proveedor. La diversificación y la eficiencia se han vuelto indispensables.
Al respecto, Olivier Hache, Socio Líder de EY-Parthenon para Latinoamérica, comentó que: “Estamos viendo un viraje hacia estrategias más defensivas, donde la diversificación de proveedores y la eficiencia operativa se vuelven críticas. La incertidumbre geopolítica ha dejado de ser un riesgo abstracto para convertirse en un factor determinante en la toma de decisiones”.
Y en materia de crecimiento, el 100% de los CEO mexicanos planea concretar algún tipo de transacción en los próximos 12 meses. Las más populares serán alianzas estratégicas y joint ventures (82%), seguidas por adquisiciones de empresas similares (24%) y desinversiones o salidas a bolsa (10%).
A pesar del entorno desafiante, los líderes empresariales mexicanos muestran un enfoque activo: Están adaptando sus modelos, integrando tecnología y reforzando sus cadenas de suministro. El nearshoring sigue siendo una oportunidad, pero en esta nueva etapa, las decisiones deben ser más calculadas, resilientes y estratégicas.