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El Mundial 2026 dejará en México una derrama millonaria y estadios renovados, posicionando al país como potencia turística, deportiva y cultural.

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La Copa Mundial de la FIFA 2026 no será solo una fiesta deportiva; también representará un motor de crecimiento para la economía mexicana y una oportunidad para modernizar la infraestructura deportiva del país, de acuerdo con Guillermo Goñi, socio de Deal Advisory & Strategy, y Raimundo Rodríguez, gerente de Deal Advisory & Strategy de KPMG México.

 

Agregaron que México, que compartirá la sede con Estados Unidos y Canadá, espera recibir a más de cinco millones de visitantes. Esta afluencia podría generar una derrama económica cercana a los 3,000 millones de dólares, con un impacto directo en sectores como hotelería, restaurantes, transporte, comercio minorista y entretenimiento.

 

Modernización de recintos

Los estadios mexicanos que albergarán partidos están recibiendo importantes inversiones para cumplir con los estándares internacionales.

  • Estadio Azteca (Ciudad de México): Ampliación de capacidad, renovación de áreas deportivas y de prensa, mejoras en tecnología y confort para los aficionados.
  • Estadio BBVA (Monterrey): Ajustes para el mundial en el único recinto con certificación LEED en México.
  • Estadio Akron (Guadalajara): Instalación de iluminación LED, mejoras en sonido y conectividad.

Estas remodelaciones buscan transformar los estadios en centros de entretenimiento multifuncionales, capaces de atraer eventos durante todo el año.

 

 

Oportunidades más allá del deporte

También, el torneo abrirá espacio para el desarrollo de tecnología y soluciones inteligentes en transporte, seguridad y análisis de datos. Además, la demanda de productos y mercancías deportivas impulsará a la industria local y a las cadenas de retail, indicaron los expertos.

Un escaparate global

 

Con una audiencia televisiva estimada en más de 5,000 millones de personas, el Mundial será una vitrina para proyectar la imagen de México como destino turístico, cultural y deportivo. Al mismo tiempo, el evento se desarrollará en un contexto de integración comercial bajo el T-MEC, con ciudades estadunidenses y canadienses mostrando también su infraestructura de primer nivel.

 

Legado a largo plazo

Más allá del mes de competencia, las inversiones en infraestructura dejarán un legado que fortalecerá la capacidad del país para atraer eventos internacionales y potenciará el desarrollo urbano en las ciudades sede. Si la planeación y ejecución se llevan a cabo de manera efectiva, el Mundial 2026 podría consolidarse como un hito de crecimiento económico y estructural para México, puntualizaron los expertos.