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La inversión en construcción mantiene un escenario de fragilidad, pero se vislumbra recuperación en el segundo semestre.

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La inversión en el sector construcción en México continúa enfrentando un entorno complicado, marcado por una nueva caída en abril, aunque con señales mixtas en sus componentes.

 

No obstante, diversos analistas anticipan que podría estar cerca de concluir su ciclo de contracción, con posibilidades de recuperación hacia la segunda mitad del año, impulsada por el Plan México y las inversiones asociadas al Mundial de Futbol 2026, que tendrá como sedes a la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.

 

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inversión en construcción disminuyó -1.1% en abril respecto al mes previo, según datos ajustados por estacionalidad. Dentro del indicador, la construcción residencial registró una fuerte contracción mensual de -5.7%, tras haber mostrado tres meses consecutivos al alza. En contraste, la construcción no residencial —que incluye infraestructura y obra pública— mostró una recuperación con un crecimiento mensual de 3.0%, el más alto desde septiembre de 2023.

El impacto del menor gasto público

Banco Base señala que gran parte de la caída en la construcción no residencial se debe a una reducción en el gasto público en infraestructura, luego de varios años con niveles elevados por proyectos emblemáticos del gobierno federal entre 2022 y 2024.

 

En el acumulado enero-abril de 2025 y con cifras originales, la inversión en construcción se contrajo -6.1%, donde el componente residencial crece 6.75% anual y la no residencial reporta una contracción de -15.8% respecto al mismo periodo de 2024.

 

Desde la perspectiva de Banamex, la inversión en general continuará desacelerándose en los próximos meses debido a un conjunto de factores: Perspectivas modestas de crecimiento del PIB a mediano plazo, una esperada reducción en la inversión pública, tasas de interés reales elevadas y la incertidumbre generada por la política comercial de Estados Unidos. Esto plantea un panorama retador para los sectores intensivos en capital como la construcción.

 

 

Impulso desde el Plan México y el Mundial 2026

 

En contraste, Banorte es más optimista y prevé que la inversión podría recuperar dinamismo durante el segundo semestre de 2025. La firma destaca el arranque de grandes proyectos de infraestructura pública asociados tanto al Plan México como a la preparación para el Mundial de Futbol.

 

Se estima que tan solo en CDMX, Guadalajara y Monterrey se canalicen cerca de 225 mil millones de pesos en ampliación y modernización de estadios, obras de remodelación urbana, logística y mejoras aeroportuarias.

A estas inversiones se sumarían proyectos de movilidad urbana, vivienda social y vialidades locales, con un posible efecto multiplicador en empleo, comercio y proveeduría nacional.

Banorte también subraya que un posible acuerdo comercial con Estados Unidos en materia de acero y aluminio podría elevar la confianza empresarial, lo que beneficiaría la inversión en maquinaria y equipo, rubro también golpeado por la incertidumbre global.

Señales mixtas y un posible punto de inflexión

 

Aunque la inversión en construcción mantiene un comportamiento desigual y todavía refleja debilidad estructural —particularmente por la caída en obra pública—, el entorno para el segundo semestre podría mejorar si se concretan los proyectos estratégicos impulsados desde el gobierno federal y el sector privado.

 

El Plan México, que busca atraer inversiones en sectores clave, y la organización del Mundial 2026 podrían convertirse en los catalizadores que el sector necesita para revertir la tendencia negativa.

La atención estará puesta en la capacidad de ejecución de estos planes, así como en las condiciones macroeconómicas —tasas de interés, política fiscal y comercio exterior— que continúan moldeando el ritmo de inversión.