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El trabajo híbrido ya se consolidó en Latinoamérica como el nuevo estándar laboral, pero su éxito aún enfrenta barreras culturales, legales y tecnológicas; para que funcione plenamente se requieren reformas modernas, liderazgo digital y acceso universal a conectividad.

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El trabajo híbrido dejó de ser una respuesta temporal a la pandemia y se ha consolidado como el nuevo estándar laboral en América Latina. De acuerdo con un estudio de JLL, el 72% de las empresas en la región ya adoptan esquemas híbridos o flexibles, aunque con baja madurez estructural y legal.

 

Y es que, el cambio es evidente: Antes de la pandemia, el 66% de los trabajadores asistía de manera presencial, mientras que en 2025 solo el 19% mantiene este esquema. Países como Brasil lideran la adopción híbrida con un 86%, mientras que México conserva aún un 31% de presencialidad total.

 

Por su parte, solo el 24% de las empresas argentinas han retornado al modelo 100% presencial, en tanto países como Perú alcanzan cifras del 80 por ciento.

Un análisis de Broward International University (BIU) responde a la pregunta ¿qué obstáculos persisten?

  • Escasa asistencia voluntaria a oficinas.
  • Falta de criterios claros para medir desempeño y compromiso.
  • Uso desigual de herramientas digitales.

 

 

Pese a los avances, persisten retos importantes. Entre ellos destacan la cultura empresarial que asocia productividad con presencia física, la falta de normativas laborales claras, las brechas tecnológicas en zonas rurales y la ausencia de políticas de bienestar para trabajadores digitales. “El modelo híbrido no puede funcionar con mentalidades del siglo XX. Requiere una base legal, tecnológica y cultural que lo respalde”, señaló el Dr. Elio R. Acosta, experto de BIU University Miami.

Indicó un análisis de BIU que los estudios reflejan también una brecha entre expectativas y realidad: Mientras que los empleados prefieren acudir en promedio dos días a la oficina, lo hacen entre tres y cuatro. Además, solo tres de cada diez universidades en la región han actualizado sus programas para formar a los futuros profesionales en competencias digitales y emocionales.

 

Actualmente, el 64% de las empresas ya invierte en capacitación en herramientas digitales, metodologías ágiles y habilidades sociales. Sin embargo, los expertos advierten que para consolidar el modelo se requieren reformas laborales modernas, acceso universal a conectividad y líderes con visión digital y empática.

 

“El trabajo híbrido ya no es una moda, es un sistema que exige nuevas reglas y una visión compartida”, concluyó Acosta.