En 2025, la forma de viajar ha cambiado de manera acelerada. Hoy, los huéspedes ya no buscan únicamente comodidad o lujo: La prioridad es vivir experiencias personalizadas, seguras y que al mismo tiempo respeten al medio ambiente.
Hace apenas unos años, solo tres de cada diez viajeros consideraban importante que su estancia integrara soluciones tecnológicas con un enfoque ecológico. Ahora, esa cifra supera el 85%, de acuerdo con datos de Vingcard | ASSA ABLOY, lo que refleja la magnitud del cambio en la industria turística.
El motor generacional
La Generación Z lidera esta transformación. Con más de un tercio de la población mundial y un creciente poder adquisitivo, estos jóvenes viajeros destinan en promedio casi 30% de sus ingresos a conocer nuevos destinos, con un promedio de cinco viajes al año. Sus decisiones están marcadas por un fuerte interés en reducir su huella ambiental, lo que obliga a hoteles y centros de hospedaje a reinventarse para cumplir con esas expectativas.
Tecnología al servicio de la sustentabilidad
El reto es grande: Al menos 65% de los huéspedes espera que los hoteles implementen prácticas sostenibles para reducir emisiones y consumo de energía. Frente a ello, la tecnología se ha convertido en aliada indispensable.
Soluciones como sistemas de acceso sin contacto, credenciales digitales que eliminan el uso de plásticos, monitoreo en tiempo real del consumo energético, controles automáticos de iluminación y climatización, o plataformas de gestión inteligente permiten a los hoteles reducir desperdicios y, al mismo tiempo, elevar la satisfacción de sus clientes.
Un nuevo modelo de hospitalidad
Más allá de la eficiencia operativa, estas innovaciones fortalecen la relación con los viajeros. Los huéspedes —en especial los más jóvenes— valoran la transparencia y la responsabilidad ambiental, y suelen mostrar mayor lealtad hacia marcas hoteleras que comparten sus valores.
De esta manera, la industria turística se encamina hacia un modelo de hospitalidad donde la innovación digital y la sustentabilidad van de la mano. El turismo moderno ya no se entiende sin un ecosistema tecnológico integral, capaz de responder a las necesidades de un mercado cada vez más exigente y consciente del impacto que generan sus decisiones de viaje.