Existen muchas alternativas para reforzar nuestros ingresos y para construir un mejor país. Simplemente con arreglar el tema de la corrupción y el Estado de derecho, avanzaríamos más que con cualquier otra reforma estructural. Y eso solo depende de nosotros.
Los sueldos y salarios que percibe la gente no se van a incrementar en la misma medida que la inflación de los insumos y el encarecimiento de la tierra. Por ello, considero que el reto será mantener los precios de los inmuebles competitivos, y que puedan hacerse accesibles para el consumidor.
Vivimos un momento en el que la Ciudad de México y la nación requieren inversión y generación de empleos, por lo que no nos podemos dar el lujo que una licencia en la Ciudad de México se tarde más de 24 meses; es una locura que afecta a todos.
La incertidumbre inicial de año no fue buena para el mercado. Ello nos obliga a prepararnos para los escenarios, ya sean buenos o malos, y también puede darnos determinación. Creo que este año será menos negativo de lo que pensamos.
Siempre está el riesgo de la situación macroeconómica del país que es ajena a nosotros. Se puede salir con un buen proyecto en tiempo y costos, pero si el país no está creciendo ni generando empleo, representa un riesgo.