El documento destaca que las compañías que logren integrar soluciones limpias, eficientes y adaptadas a su perfil de consumo estarán mejor posicionadas para competir en un entorno de alta demanda y cambio regulatorio constante.
KPMG señala que existen alternativas que pueden representar ahorros significativos, como el suministro calificado para empresas con alta demanda, la generación distribuida con paneles solares, los sistemas híbridos que combinan energías renovables y contratos bilaterales, o la cogeneración de energía. Estas opciones permiten mayor independencia y resiliencia operativa, reduciendo la exposición a la volatilidad tarifaria y fortaleciendo las metas de sostenibilidad corporativa.
De acuerdo con KPMG, la diversificación energética ofrece beneficios adicionales: reducción de costos operativos, menor exposición a la volatilidad del mercado, cumplimiento de compromisos ASG y fortalecimiento de la reputación empresarial. Las industrias con consumo intensivo, como la siderúrgica, automotriz y minera, son las que más avanzan en este proceso al combinar generación propia con acuerdos privados.
Por último, KPMG afirma que la energía ya no debe considerarse solo un insumo operativo, sino un eje clave de transformación empresarial. La combinación de tecnologías limpias, esquemas híbridos y modelos de autosuficiencia energética puede convertirse en un diferenciador competitivo para las organizaciones que busquen eficiencia, sostenibilidad y estabilidad ante los cambios del mercado energético nacional.