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Estar preparado fiscalmente es tan importante como la infraestructura productiva para aprovechar el nearshoring; una estrategia tributaria sólida asegura competitividad, confianza y menores riesgos.

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Independientemente de que el fenómeno del nearshoring puede tener diferentes interpretaciones sobre su penetración en México, especialistas advierten que el éxito no depende únicamente de la capacidad logística o industrial, sino también de contar con una sólida estrategia fiscal.

 

De acuerdo con Grant Thornton México, muchas empresas mexicanas están enfocando sus esfuerzos en ampliar plantas, capacitar personal y optimizar operaciones, pero descuidan un pilar esencial: La infraestructura fiscal. Sin una estructura tributaria robusta, alineada a estándares internacionales y a las exigencias de socios extranjeros, las organizaciones pueden enfrentar desde auditorías y multas significativas hasta la pérdida de oportunidades de negocio.

 

Preparación fiscal ante el nearshoring

De acuerdo con la opinión de los expertos de la firma, entre los puntos clave para evaluar la preparación fiscal destacan:

Estructura para colaborar con empresas extranjeras. Es indispensable aplicar correctamente precios de transferencia, tratados para evitar la doble tributación y clasificar adecuadamente ingresos y gastos. Una planeación deficiente puede derivar en ajustes fiscales y disputas internacionales.

 

 

Respaldo para comercio exterior. El aumento de importaciones y exportaciones exige dominar regímenes aduaneros, aranceles, regulaciones no arancelarias y programas como IMMEX. Los errores en esta área pueden generar retrasos, sanciones y pérdida de beneficios fiscales.

Cumplimiento alineado a expectativas globales. Además de la normativa mexicana, las empresas deben cumplir con buenas prácticas de gobernanza fiscal, trazabilidad de operaciones y regulaciones contra el lavado de dinero. Esto fortalece la reputación y confianza ante inversionistas internacionales.

 

Para Daniel Santiago, socio de Impuestos en Grant Thornton México, “muchas empresas subestiman el impacto fiscal en las alianzas de nearshoring. Un esquema inadecuado o la omisión de regulaciones internacionales pueden costar más caro que cualquier inversión en logística o infraestructura productiva”.

 

El nearshoring representa una nueva era de internacionalización para la industria mexicana, pero también eleva las exigencias tributarias. Prepararse en este ámbito no es opcional: Es la base para negociar desde una posición de fuerza, generar confianza con socios estratégicos y minimizar riesgos.